El proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética aprobado ayer por el Govern contempla que los consells insulars deberán de zonificar espacios aptos para la instalación de placas fotovoltaicas no sólo en suelo urbano, sino también en rústico.

El conseller de Territorio, Energía y Movilidad, Marc Pons, admitió que para poder abastecer a toda la población balear con energía renovable el suelo urbano donde se podrán instalar es insuficiente, por lo que una parte de estas placas tendrán que colocarse en rústico. Para ello, las instituciones insulares deberán "definir zonas los suficientemente amplias" analizando cuáles se pueden adaptar mejor, ya sea porque se encuentran "más degradadas" o porque estas instalaciones tendrán un "menor impacto".

Pons precisó que "el objetivo" es cubrir con energía renovable obtenida en las propias islas el "70 por ciento del consumo" de Balears, mientras que el 30 por ciento restante llegará "vía conexión con la Península".

Esta es una de las cuestiones incluidas en el proyecto de Ley que el Govern confía que el Parlament apruebe antes de que acabe el año. El texto, además, contempla la creación del Consell Balear del Clima, integrado por expertos que controlarán el cumplimiento de la Ley, y del Institut Balear de l´Energia, que será el "brazo ejecutor" de las medidas y que contará el primer año con un presupuesto de 1 millón de euros.