Después de los estragos que las justicias belga y alemana han causado a su homóloga española al rechazar o minimizar el alcance de las euroórdenes sobre los fugados del procés catalán, el caso de Valtonyc podría ser la puntilla a ese mecanismo de colaboración judicial europea basado, en teoría, en la confianza sobre la solidez de los sistemas legales de los miembros de la Unión Europea.
Si Valtonyc no es entregado a España, o si los tribunales belgas no acceden a su extradición por los tres delitos incluidos en su sentencia condenatoria, la euroorden será un mecanismo para conseguir la impunidad o un trato de favor para los delincuentes.
"Delinca en España, pero huya a Bélgica cuando le toque pagar por sus culpas", es el lema de los que no creen en el estado de derecho. Bélgica será así una especie de "paraíso judicial", donde ser un fugitivo saldrá gratis. Por otro lado, el dinero de los secesionistas catalanes está pagando los excelentes abogados de Valtonyc, que ya es todo un personaje.
