Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Corrupción policial

El novio de La Guapi aseguró que el inspector le pidió un décimo premiado

La pareja de la traficante también confiesa que entregaba dinero a los policías investigados

El novio de La Guapi fue interrogado por el juez.

El pasado mes de febrero, a través de videoconferencia, el juez Sobrino tomó declaración al novio de La Guapi. Se trata de un militar, piloto de helicóptero del Ejército, que se encuentra preso en la cárcel de Alcalá de Henares, ya que se sospecha que colaboraba con su pareja en el negocio del narcotráfico. Este individuo, de nombre David, aseguró que se sentía atemorizado por el inspector Suárez, ya que en su momento le había amenazado. Detalló que fue detenido el pasado mes de noviembre y que el arresto se produjo en casa de sus padres por una "orden de arriba".

En la declaración, asistido por un abogado de Madrid, señaló que venía colaborando con la Policía desde hacía prácticamente dos años. Detalló que tenía un procedimiento militar abierto y que sabía que iba a ingresar en prisión. Antes de entrar en la cárcel, según su versión, mantuvo una reunión con Suárez y le dijo que "no podría colaborar más". Según el recluso, el inspector de drogas le exigió el pago de 10.000 euros, pero que se negó a entregarle el dinero. "Estás conmigo o contra mí", le manifestó el policía, según se describe en la declaración de este investigado.

La pareja sentimental de la hija de La Paca aseguró también que en Son Banya era un secreto a voces que había dos policías que protegían a los clanes de droga del poblado y apuntó los nombres del excomisario Cerdà y del inspector Suárez. Aseguró que a cambio de esta protección los dos mandos policías recibían una compensación económica. Explicó que fue su novia la que le aconsejó que "se llevara bien" con los dos policías.

David fue grabado en una conversación telefónica que tuvo con otra persona de Son Banya, en la que le desveló que una parte del dinero que estaban intentando salvar era para "un pez gordo". El juez, lógicamente, quiso saber si se refería a alguno de los dos policías, confirmando el recluso dicha sospecha de los investigadores.

También describió las reuniones que, siempre según su versión, mantenía con el inspector de drogas. Las situó en una zona agraria ubicada cerca de Son Ferriol y afirmó que a veces el inspector iba solo y otras veces acompañado. Él acudía siempre con su pareja.

En uno de estos encuentros de Son Ferriol, según el recluso, el inspector le habría solicitado que le consiguieran un décimo de lotería premiado, si bien dejó claro que nunca se lo llegó a entregar. Es habitual que los traficantes compren estos boletos premiados porque es un sistema para blanquear el dinero que consiguen vendiendo droga.

El investigado aseguró también que había un clan en Son Banya que presumía de que nunca lo iban a detener.

Compartir el artículo

stats