¿Cómo salir prácticamente indemne de la peor crisis en décadas, sin entregarse a procesos de fusión o absorción ni precisar de ayuda financiera? A esta pregunta se aplicó ayer a responder en el Congreso de los Diputados Josep Antoni Cifre, el presidente de una de las dos únicas cajas de ahorros que sobreviven en España, Colonya-Caixa d´Estalvis de Pollença, tras el proceso de reconversión bancaria.

Cifre expuso la receta del éxito, apuntando factores como la apuesta por un crecimiento "prudente", la ausencia de "interferencias políticas" y una inversión mesurada en el sector inmobiliario y de la construcción.

Junto con el presidente de Caixa Ontinyent, Vicent Penadés -la otra caja de ahorros que pervive en España-, Cifre compareció como invitado en la comisión de investigación que analiza desde hace meses las razones que desencadenaron la gran crisis financiera de hace una década.

Cifre empezó mencionando los orígenes de la caja, fundada en 1880 por Guillem Cifre de Colonya en Pollença. En esos primeros tiempos, la entidad se concibió, dijo, para "luchar contra la usura", fomentar el ahorro e invertir en educación, un interés que corrobora el hecho de que Cifre de Colonya fuera el fundador del Instituto Libre de Enseñanza.

A continuación, el presidente de la caja enumeró los factores que a su entender explican la supervivencia de la entidad sin necesidad de fusiones ni de absorciones ni de asistencia financiera. Una de las claves que mencionó estriba en que, a diferencia de la mayoría de casos, el volumen de la inversión crediticia siempre ha sido menor al de los depósitos de los clientes.

Apuntó otro factor añadido: la inversión en el sector de la construcción e inmobiliario en los años del gran boom fue inferior al del resto de cajas, por lo que los efectos del pinchazo de la burbuja no fueron tan gravosos. Y lo mismo, agregó, se puede aplicar al caso de los créditos para el consumo doméstico.

Cifre mencionó asimismo como clave el hecho de que la caja nunca se haya embarcado en grandes proyectos de expansión. En este sentido, recordó que, en el primer momento de la crisis, "se desataron los procesos de fusión y absorción" entre las entidades para garantizar su supervivencia ante la tormenta que se avecinaba.

Pero nuestro objetivo nunca fue ni ha sido crecer al margen de nuestros criterios fundacionales", argumentó el presidente de Colonya-Caixa d´Estalvis de Pollença, quien recordó que, hasta la década de los sesenta, la entidad tuvo una única sucursal y que, en la actualidad, cuenta con 20 oficinas.

Dentro de esos "criterios fundacionales", señaló que siempre han seguido la actividad propia de una caja de ahorros, centrándose en el fomento del ahorro; el crédito para emprendedores, familias y pymes; la obra social; y la transparencia en sus actuaciones. "Siempre hemos sido fieles a nuestro objeto social", apostilló.

En conexión con este punto, Cifre resaltó que "siempre" han apostado por "crecimientos prudentes" y que se han sentido "confortables" con el volumen de actividad de la caja.

Así, puso en valor que no hayan financiado nunca megaproyectos públicos. Una política que ha recibido el apoyo de órganos de gobierno de la caja, que, según puso en valor, se han caracterizado por la "ausencia de interferencias políticas y de intereses particulares".

"Haber superado con éxito (la crisis), sin ayudas y sin fusiones, ha mejorado la percepción de la caja por parte de la sociedad", arguyó Cifre, quien refirió el aumento de clientes y de depósitos que han registrado.

De cara al futuro, sin embargo, observó una serie de nubarrones en el horizonte, como la tendencia del sector al oligopolio por la reducción de entidades financieras. En esta línea, se refirió además a la disminución del número de oficinas, lo que, dijo, "provocará el aumento de la población con dificultades para acceder a servicios bancarios".

La combinación de ambas circunstancias, según expuso, puede llevar a una "situación de exclusión financiera para los sectores más vulnerables de la sociedad".