Bartolomé Sbert, el principal ejecutivo del grupo Cursach, deberá abonar una fianza económica de medio millón de euros para abandonar la cárcel de Palma. Así lo ha decidido el tribunal de la Audiencia de Palma, que rechaza el recurso de su abogado y confirma la decisión del juez Manuel Penalva, que fijó esta elevada fianza por la alta capacidad económica del ejecutivo.

Sbert recurrió el auto del juez instructor. En primer lugar pedía que se declarara nulo este auto, pero de forma alternativa reclamaba que la fianza se rebajara a la cifra de 50.000 euros, alegando que no tenía medios económicos para afrontar el pago de medio millón de euros. Sin embargo, el tribunal no ha quedado convencido de esta supuesta incapacidad económica de Sbert, sino más bien todo lo contrario. Explica el auto de la Audiencia que en la pieza de responsabilidad civil Sbert ha presentado bienes, propiedad del grupo que representa, valorados entre 20 y 40 millones de euros. Por ello, los jueces tienen muy claro que el investigado cuenta con "capacidad económica suficiente para hacer frente a la fianza impuesta".

También detalla el tribunal que, si bien formalmente Sbert ha dejado la dirección general del grupo, continúa percibiendo retribuciones, lo que aumenta la convicción de que no tendría problemas para hacer frente a la fianza económica que fijó el juez Penalva.

La Audiencia recuerda que la finalidad de la fianza no es otra que la de evitar que el investigado pueda huir y, al mismo tiempo, garantizar su presencia a disposición del juzgado. La defensa, para insistir en que nunca ha existido intención de huir, recordó que Sbert tuvo un permiso de cinco días, debido a la muerte de su padre, y después regresó a prisión. De nuevo este argumento es insuficiente para los jueces, que tienen muy en cuenta la gravedad de las penas de prisión a las que se enfrenta el ejecutivo, además de las posibilidades que tiene de iniciar una nueva vida en un país extranjero para evitar este proceso.