Enmienda a la totalidad contra la política turística, urbanística y medioambiental del Govern y el Consell de Mallorca. El grupo ecologista y conservacionista GOB lanzó ayer una campaña en la que denuncia "la ausencia de políticas valientes que pongan límites al crecimiento y el turismo". Según explican, el objetivo de su ofensiva es concienciar a la ciudadanía de las islas de la "alarma ecológica" provocada por la "saturación turística", que lleva a Balears a "una situación de riesgo sin precedentes".

"Todo se piensa en clave de producto turístico", alancean al Govern y a su conseller de Turismo, Biel Barceló (Més), al que no citan en ningún momento, aunque la andanada apunta directamente a su política de promoción, que, dicen, "ha pasado del 'turismo sostenible' al 'better in winter'", en alusión al eslogan que difunde ahora el Govern para atraer turistas también en invierno. "Es necesario desturistizar la economía", rebaten en el GOB, colectivo en el que son cada vez más las voces que defienden que la desestacionalización es en realidad una amenaza aún mayor para la sociedad y el entorno de Mallorca.

Contra el "monocultivo turístico"

En opinión de los activistas del GOB, el efecto de esta apuesta por "el monocultivo turístico" es que la "saturación degrada ya todos los rincones de la isla y los recursos que tenemos, y nos conduce a una situación de colapso ecológico y también social". De ahí, dicen, la campaña. Nace con el título 'OverBOOMKing, cuando el turismo lo invade todo', y se plantea como objetivo inicial llevar el mensaje a los ciudadanos, colectivos e instituciones de las islas, antes de trasladar la denuncia de la situación a la Unión Europea.

El diagnóstico que hacen es más claro y contundente que nunca: "Nuestros recursos hídricos están sobreexplotados, nuestros espacios naturales son sometidos a presiones que aceleran su degradación, somos incapaces de regular actividades como los fondeos de barcos en verano,como los coches de alquiler que saturan las carreteras, como la oferta ilegal de alojamiento en casas y hoteles. Somos incapaces de frenar el proceso de conversión de Palma en una ciudad escenario, con el desplazamiento de los vecinos y con los desahucios, fruto de la gentrificación que causa el alquiler turístico de pisos en la ciudad y la especulación que comporta, que crea un problema grave de acceso a la vivienda a precio razonable".

Urbanizando el campo

Ni hoteles, ni alquileres

El colectivo no hace prisioneros en su ofensiva, y carga por igual contra el alquiler turístico ilegal "que mercantiliza con turismo un bien básico como la vivienda" y contra el colectivo hotelero, al que acusa de buscar alianzas "contra las modalidades de alojamiento que puedan perjudicar su monopolio". Para unos y otros, la receta es la misma: "El turismo en general ha de decrecer y el número de plazas turísticas (hoteleras y no hoteleras) debe reducirse".

Ponen como ejemplo de la "degradación causada por el turismo" el caso de Palma: "Se ha convertido en ciudad escenario, saturada de turistas. Los barrios, los comercios y la vida han devenido escenario de cartón piedra, que niega la posibilidad de que los vecinos desarrollen su vida cotidiana. Se ven desplazados por el alquiler turístico, con la consiguiente reconversión de los comercios habituales en comercios para turistas. La transformación es ya evidente y las consecuencias, imprevisibles", avisan en el colectivo ornitológico y ecologista.

Como alternativa a este modelo, proponen el desarrollo de un "ecologismo social". Hablan por ejemplo de "recuperar la soberanía alimentaria" para diversificar la economía reactivando la producción agraria insular. Abogan igualmente por una "diversificación formativa" que oriente el empleo y la creación de empresas a industrias alternativas al turismo, con las energías renovables como sector a desarrollar y la generación de productos básicos autóctonos como eje para reformular el tejido productivo y laminar la creciente dependencia del turismo de masas.