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La burbuja del alquiler turístico

Los alquileres se ponen a mil (euros)

Mallorca es ya la zona de España en la que más rápido están subiendo los precios de la vivienda - Por cada piso que se oferta para residentes hay ya cien anuncios en AirBNB: el resultado es que el mercado del arrendamiento lo copan los turistas, mientras los ciudadanos de las islas se están quedando sin acceso a la vivienda, convertida casi exclusivamente en negocio

Los alquileres se ponen a mil (euros)

Si tiene usted un contrato de alquiler en vigor de entre 400 y 800 euros, no lo suelte. Aférrese a él: atesora poco menos que un incunable. Tres años de crecimiento atropellado del alquiler turístico en zonas residenciales han logrado resucitar el mercado inmobiliario de las islas, que está aumentando precios y ventas a ritmos que no se veían desde los años de la burbuja inmobiliaria y la especulación coral con los ladrillos. Lo cuentan en las agencias inmobiliaria y lo certifica en entrevista con este diario el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Balears, José María Mir, que asegura que las islas viven una nueva burbuja, pero esta vez solo inflada por el alquiler vacacional. Que está haciendo estragos en una sociedad que reserva el 80% de sus viviendas de alquiler para los turistas. ¿Resultado? Lo resume el propio Mir: “No quedan alquileres de menos de mil euros”.

Y la realidad de la oferta inmobiliaria le da la razón punto por punto: son ya excepcionales los pisos de más de 65 metros cuadrados en Palma que salen hoy por menos de esos mil euros que se han convertido en la nueva referencia. Para encontrarlos hay que irse donde menos se suele querer, a los barrios más deteriorados de la ciudad, zonas como La Soledat o Son Gotleu. E incluso allí es difícil: según los datos facilitados por las inmobiliarias y según las ofertas activas que figuran en las principales web de alquiler residencial (Idealista, Fotocasa y similares), en barrios como La Soledat están pidiendo hoy más de 650 euros por pisos de 65 metros. Es decir, las calles más periféricas salen para los contratos que se firman hoy al precio que pedían hace año y medio por los pisos del centro o de barrios cercanos a las avenidas de Palma. Con lo que lo dicho: si tiene un contrato en vigor, piénseselo dos veces antes de buscar piso nuevo de alquiler.

Pisos compartidos

Si no tiene piso, y lo quiere, su escenario se complica. Puede ver junto a estas líneas el detalle por barrios de lo que ofrece ahora el mercado inmobiliario de Palma. Que es poco. Y ese es el problema: por cada oferta de alquiler de larga estancia para residentes en agencias y webs inmobiliarias hay cien anuncios en portales de arrendamiento turístico tipo AirBNB. El resultado es que los pocos que salen al mercado, lo hacen a precios desorbitados, esos mil euros imposibles para la mayoría de los salarios de una comunidad en la que el sueldo medio mensual es de 1.501 euros brutos. Es decir, poco más de mil euros netos, tantos como están pidiendo por los alquileres. De ahí que proliferen en redes sociales grupos para encontrar alquiler barato en Palma, que es el eufemismo de “compartir piso”. Y ni aún así espere encontrar gangas. Hacerse con una habitación en piso compartido por menos de 350 euros al mes se ha puesto complicado en Palma. En algunas zonas es directamente imposible. Es el caso de Santa Catalina, donde la presencia de población flotante ligada a la náutica, con salarios que multiplican por tres y por cinco la media española, hace que se estén pidiendo 150 euros por semana por una habitación en un piso con otras personas. Vivir de adulto como un estudiante y compartir apartamento cuesta así más de 600 euros al mes, como en Londres o París, por citar algunas de las ciudades más caras para residir de alquiler. Los datos de idealista.com documentan lo mismo, solo que con mayor precisión: Balears es ya la comunidad en la que más está creciendo el precio del alquiler, con una subida en solo tres meses del 4,1%, que deja el coste medio por metro cuadrado en 10,5 euros, que son más de 15 en Palma. Multipliquen por 70 metros de piso y ya tienen los mil euros que piden hoy los propietarios a sus nuevos inquilinos.

Palma es así una de las cuatro ciudades con los alquileres más caros de España

Palma es así una de las cuatro ciudades con los alquileres más caros de España: junto a San Sebastian, Madrid y Barcelona conforma el reducido grupo de capitales en las que menos del 5% de los alquileres bajan de 500 euros al mes. Y cuando eso ocurre concurren dos factores: el piso está alejado de las zonas céntricas y, además, se trata de un apartamento que o no tiene muebles, o es de menos de 50 metros o se encuentra en un estado de deterioro bastante avanzando. Si está solo lejos del centro pero su mantenimiento es bueno, el precio está siempre más cerca de los mil euros que de los quinientos. Y si está en el centro pero en mal estado, lo más habitual es que sea un alquiler turístico.

Por eso el sector busca desesperadamente pisos para alquiler de larga estancia. “Pero no hay nada”, certifica el presidente del colegio de agentes de la Propiedad Inmobiliaria. Algo parecido cuenta el jefe de estudios de idealista.com, el mayor web de alquiler inmobiliario (no turístico), que explica que la demanda de pisos es “fortísima”, pero que la falta de oferta puede hacer que el sector “muera de éxito”. “Son imprescindibles medidas que impulsen la aparición de nuevas viviendas en el mercado con el fin estabilizar los incrementos de precios”, abunda.

Furor por comprar pisos

¿Están apareciendo esas nuevas viviendas llamadas a calmar la hinchazón inmobiliaria? Pues no. Nada de eso. Las grúas vuelven a asomar en el horizonte con el regreso del crédito de los bancos a los promotores. Pero la cosa va lenta y no abundará la vivienda nueva durante los próximos años. Pese a que el Ayuntamiento de Palma ya sufre retrasos en la concesión de licencias que recuerdan a los de tiempos del boom, la explicación hay que buscarla más en la plantilla que salió de urbanismo con la caída de la actividad constructora que en la acumulación de nuevos proyectos. En ese contexto, lo que se vende es sobre todo vivienda de segunda mano, en muchos casos reformada por pequeños y medianos inversores que la compraron barata, le hicieron mejoras y la venden con una rentabilidad media de entre el 5 y el 15%, explican en el sector.

El resultado es que también está difícil encontrar vivienda: en el último año los precios han subido en Palma un 9,8%. ¿Mucho? Como en tiempos de la burbuja. Si se mantiene ese ritmo de avance, como ocurrirá si los turistas siguen abarrotando Mallorca y Eivissa para huir de Turquía, en apenas tres años se habrá recuperado el 30% de desplome de precios de la vivienda durante la crisis, según coinciden en augurar promotores y agentes inmobiliarios. Mientras tanto, los ciudadanos de Balears, sus empresarios y propietarios, su Govern, consells insulars y ayuntamientos debaten el futuro del alquiler vacacional, una reforma legal ya en marcha destinada a marcar las condiciones de convivencia en esta sociedad que también ha convertido la vivienda en privilegio turístico, poniendo de paso los pisos a mil (euros). Y subiendo.

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