Balears es una de las comunidades autónomas, junto con Madrid o País Vasco, con los precios de las viviendas más altos, mientras que los salarios en las islas se sitúan por debajo de la media estatal. Eso convierte al archipiélago en una de las zonas de España en las que resulta más difícil para las familias acceder a una residencia, y este problema, lejos de aliviarse, se va a agravar notablemente a lo largo del año que acaba de comenzar, según advierte el presidente de la asociación balear de promotores, Luis Martín. La causa es el bloqueo que se está sufriendo en la edificación de nuevos inmuebles, con una actividad mínima y centrada en estos momentos en un producto de alto valor destinado básicamente a extranjeros y residentes de clase alta, junto al notable aumento que se está registrando en los precios de la segunda mano y el alquiler.

La edificación residencial ha registrado en las islas un notable impulso a lo largo de 2015. Tal y como adelantó Diario de Mallorca el pasado 20 de diciembre, la inversión registrada en esta materia durante los diez primeros meses del pasado año se ha incrementado un 87% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, al pasar de 311,7 millones de euros a 583,1 millones, según los datos facilitados por la asociación balear de constructores. A eso se suma la buena evolución en campos como las reformas turísticas o la obra pública.

Pero según subraya Luis Martín, los proyectos que se están ejecutando se centran mayoritariamente en chalés, básicamente para extranjeros, y en algunos plurifamiliares en zonas con interés para ese mismo colectivo (como podría ser, en el caso de Palma, el centro histórico o la barriada de Santa Catalina) a lo que se suman unas pocas iniciativas más, aunque de tamaño considerable, pero con unos precios que se sitúan por encima de la capacidad económica de la mayoría de los isleños.

Desde la asociación de promotores se apunta que en estos momentos el producto más demandado es el de la vivienda cuyo precio se mueva en torno a los 200.000 euros, pero las nuevas promociones suelen superar ese límite. Como ejemplo, Martín recuerda que las principales actuaciones que en esta materia se están realizando actualmente en el municipio con mayor demanda residencial, como es Palma, son las de Can Domenge, de la promotora Cotesa, y las de Son Dameto d’Alt, del grupo Bibiloni.

Para 2016 no se espera que se pongan en marcha muchos más nuevos proyectos, con la excepción del antiguo cuartel de Son Simonet, a ejecutar por La Llave de Oro, a lo que se suma la posibilidad de que se siga desarrollando la zona de Son Dureta por parte de Promotora Reina. Además, no se espera que la zona de Son Ferragut se desarrolle a corto plazo a la vista de las negociaciones iniciadas por sus propietarios (el Sareb, también conocido como el ‘banco malo’) y el ayuntamiento de Palma para aplicar cambios en la edificabilidad y los usos de la zona.

Mayor demanda, mayor precio

La escasez de nuevo producto y el hecho de que en muchos casos su precio se mueva cerca de los 300.000 y los 400.000 euros por inmueble está obligando a los isleños a buscar su residencia en el mercado de la segunda mano y del alquiler, una situación que en opinión de Luis Martín se va a seguir intensificando a lo largo de 2016.

Ese repunte en la demanda de estos dos últimos productos está impulsando también sus precios hacia arriba, haciendo que cada vez sea más difícil asumir ese corte para los isleños con capacidades económicas medias y bajas. Eso explica la dificultad que la mayoría de los jóvenes baleares tienen para abandonar el hogar familiar (solo lo consiguen tres de cada diez, según el último informe elaborado por el Observatorio de la Emancipación).

Según el presidente de los promotores, este problema de difícil acceso a la vivienda existente en Balears tiene una de sus bases en la imposibilidad de acceder a suelo a un precio que permita edificar inmuebles asequibles, dado que el disponible se encuentra en muy pocas manos (algunas grandes promotoras y entidades financieras) que lo mantienen retenido a la espera de que siga incrementando su valor.

Eso explica que las nuevas promociones se muevan en una banda de precios relativamente altos para la mayoría de los bolsillos de los residentes, y que la demanda en estos momentos esté centrada en el cliente extranjero.

Según el presidente de los promotores de las islas, esta situación justifica los constantes llamamientos que desde esta organización empresarial se vienen haciendo para que se incremente el suelo urbanizable en los municipios con una mayor demanda residencial, como son Palma o Calvià, y para que se modifiquen las densidades, posibilitando el desarrollo de más viviendas, pero de menor tamaño, en cada nuevo edificio, A ello se suma la petición de que en algunas zonas se permita incrementar las alturas de las edificaciones.