En el capítulo anterior de este serial de tribulaciones y peripecias de un cronista en el circo del turismo en Londres, les contábamos que anda el sector cuchicheando sobre quién sustituirá a Isabel Borrego. Por supuesto que ni ustedes ni nadie saben quien es la susodicha, sea lo que fuere una susodicha, pero igual les suena el cargo que se supone que tiene: secretaria de Estado de Turismo. Pues bien, también les contábamos que en los mentideros de un sector que de lo que menos habla es de buenos negocios, porque les sobran, se apostaba por una candidata al puesto de primera dama del turismo español. Y para que vean lo bien pagado que está el euro y pico que cuesta este diario, incluso les describíamos, con más detalle e ironía de lo que a ella le gustaría, lo especialmente sonriente y feliz que andaba por Londres la todavía presidenta de la patronal hotelera de Mallorca, Inma Benito.
No sé si me siguen, pero vayan atando cabos, que hasta los periodistas menos avispados lo hemos conseguido: quizá en vez de titular "se busca secretaria de Estado" debimos poner "se busca presidenta hotelera". Porque parece que falta hará: Inma Benito, salmantina de nacimiento y mallorquina de profesión, devoción y adopción, es la favorita en las quinielas ministeriales. Y también en los gustos del ministro Álvaro Nadal, al que conoce bien. Por si dudan de sus posibilidades de éxito, hay una garantía infalible: pocas formas hay mejores de ascender en el negocio del turismo mallorquín que ser materia de jácara en esta sección, muy reputada por no acertar un nombramiento, salvo cuando el aludido protagoniza estas líneas solo a su pesar. Es como el oportunismo de quien adula para medrar, pero justo al revés. Antes lo llamaban periodismo.
Ha hablado con el ministro
Al pan, que se nos va la crónica, o lo que sea esto: ayer el rumor era un clamor. Ella, Inma, la aspirante a primera dama del Turismo, esquivaba las preguntas por la mañana y por la tarde ponía rumbo a Palma vía Madrid. Tranquilos, no salió del aeropuerto, o eso dice, pero tengan claro que no le hizo falta para tener línea directa con quien la tiene que nombrar. El ministro hace años que la conoce, como a los hoteleros que la apadrinan y como a una isla que ha visitado mucho. La presidenta patronal no niega el conocimiento mientras se niega a confirmar su candidatura, pero no duden que ya sabe hasta que este mismo viernes serán nombrados exactamente 36 secretarios de estado. Porque lo sabe. ¿Como lo sé yo? Que no cunda el pánico, a diferencia de Inma Benito, ningún ministro me ha llamado en las últimas horas o años.
Para acabar con este asunto, una petición al bienintencionado lector: ruego que no se interprete la publicación de este rumor como un intento de frustrar el fichaje, con el argumento de que Bauzá perdió toda opción de ser ministro cuando se supo de su interés. No es lo mismo: en este caso hablamos de una persona capacitada. Y mucho. Salió hace unos años de la UiB, diciendo cosas como que la ecotasa era un acierto, y después emprendió una carrera a ritmo de sprint que la llevó a la gerencia del consorcio de Platja de Palma, la asociación de cadenas hoteleras, la gerencia de la Federación Hotelera y la presidencia de la patronal del sector. Quizá ahora sea secretaria de Estado: yo que Rajoy empezaba a vigilar la silla, tanto en Moncloa como en ese PP con el que Inma posa tan cómoda. El viernes saldremos de dudas.
Saturación balear (hasta en el estand)
También leyeron aquí ayer que los hoteleros no habían venido en avalancha, como otros años. Que siguen de temporada, currando y tal. Cometieron el terrible error de sobreestimar la capacidad de trabajo de los hoteleros y del periodista: el que firma no se entera, porque por supuesto que los hoteleros están de fiesta por Londres. Y se dan más palmadas en la espalda que nunca. Llegaron un día tarde, pero llegaron. Y se les ve tan sonrientes como a su todavía presidenta patronal, aunque por distintas razones: ella, que no tiene hoteles, por las noticias que llegan de la Corte del ministro Nadal; y ellos, que sí tienen negocios privados, porque a estas alturas los tienen llenos, como los bolsillos que les deja un año "excepcional", como no dijo ninguno de ellos, pero ya saben que en una crónica sería no se puede poner el adjetivo "cojonudo", ni aunque lo diga el hotelero más rico y famoso, cuyo nombre no diremos, que hasta los periodistas comen.
El caso es que los hoteleros que no estaban el lunes para la foto con los políticos, aparecieron ayer en tropel, coincidiendo con la vuelta de Armengol a la política balear y sus jardines. ¿O son Huertas? Callo. Mejor guardar silencio sobre la Xelo de Podemos, que igual cae una demanda como una subvención indebida o una sesión con la Inquisición romana. El viaje a Roma lo pagan ustedes, como el que acaba de hacer ella.
De vuelta a Londres, el stand ayer se llenó de hoteleros. Estaba repleto. O saturado, más bien: por fin Balears muestra en Londres su cara real a los turistas. Costaba encontrar mesa para sentarse con el alcalde Hila, y no porque el hombre esté más ancho que alto después de arreglar las cosas del Palacio que va más despacio, el de Congresos, sino porque el stand es una fiesta. Todo va sobre ruedas. Tanto que da miedo: algo malo va a pasar. Y no hablamos de ningún otro nombramiento en el PP o en Podemos.
Turespaña quiere desalojar a Balears
A España no le ha gustado la independencia de Balears. La turística, se entiende. Ya saben que este año el stand ha salido del de Turespaña, el organismo estatal que mejor torpedea el turismo balear. Y también saben que el vicepresident Barceló y su equipo se las han apañado para pasar por encima de Turespaña, coger el mejor sitio de la feria y, de paso, tapar con su despliegue el del turismo español. Pues en Turespaña la cosa no ha gustado y ya maniobran para que el año que viene la World Travel Market les dé el emplazamiento balear. ¿Lo lograrán? Apuesten a que no: lo contrario sería dudar de la devoción por Balears y Mallorca de la probable nueva jefa de Turespaña y secretaria de Estado de Turismo, Inma Benito. Y no lo haremos: parece que después de varios intentos en el último decenio, Balears manda a Madrid a alguien sobradamente preparado. Suerte.
