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Caso de financiación irregular

Otro testigo ratifica una entrega de dinero sospechosa para el PP

Un antiguo empleado del grupo Bruesa confirma que participó en el trasiego de 600.000 euros que pudieron servir para la compra de la sede de la calle Palau Reial de los conservadores

Antonio Pinal, cuando fue citado a declarar por el juez Castro. Guillem Bosch

Un antiguo empleado del Grupo Bruesa, propiedad del empresario Antonio Pinal, ratificó ayer ante el juez Castro que participó en un extraño trasiego de 600.000 euros, que se sospecha fueron entregados por el segundo al PP de Balears para la compra de su sede de la calle Palau Reial de Palma.

El trabajador declaró ayer como testigo mediante una videconferencia ante el juez Castro, que investiga en la pieza separada 28 del caso Palma Arena la presunta financiación irregular del PP insular.

El declarante confirmó los hechos que ya habían sido desvelados por Raquel Pérez, hija del fallecido promotor inmobiliario Ildefonso Agustín Pérez Ruiz. La testigo reveló que su padre prestó en 2004 seiscientos mil euros al constructor Antonio Pinal, imputado en esta causa. La mujer aseguró que su progenitor le contó que Bruesa nunca incluyó esa cantidad en su contabilidad y que el dinero sirvió para pagos en negro, entre los que podría estar el abono de parte de la sede central del PP de Balears, en la calle Palau Reial.

Raquel Pérez prestó en septiembre declaración ante el juez Castro y una letrado de la acusación en nombre del Govern.

Según la declarante, su padre y Antonio Pinal fueron amigos durante muchos años y también socios en varios negocios, entre ellos una promoción inmobiliaria en Costa de los Pinos en 2004. Pinal era socio en esa operación, pero no aparecía formalmente como tal.

Pérez Ruiz prestó ese mismo año 600.000 euros a Pinal, cantidad que coincide casi al cien por cien con los 602.000 euros que el PP abonó en efectivo por su nueva sede de la calle Palau Reial de Palma, entre dinero entregado al vendedor, impuestos y gastos de notaría y registros. Según la testigo, su progenitor sacó el dinero en efectivo de una sucursal de la antigua Sa Nostra de la calle Aragón el 21 de julio de 2004 y lo trasladó en una mochila a otra oficina de la misma entidad del Polígono de Son Fuster, donde estaba la central de esa caja de ahorros.

Un empleado de confianza de Pinal escoltó al prestamista y se hizo cargo del dinero en Son Fuster, donde fueron atendidos por la entonces directora, al parecer esposa de un antiguo dirigente del Partido Popular. Este empleado confirmó ayer ante Castro la versión de Raquel Pérez.

Ildefonso Pérez Rubio contó a su hija que el trabajador de Pinal y la directora no le dijeron nada del destino del dinero, pero sí que le explicaron que, dada su no inclusión en la contabilidad de Bruesa, iba a servir para alguna operación en negro. El testigo señaló ayer al magistrado que le ordenaron hacer ese acompañamiento, pero que no sabe nada del objeto de aquella operación y del destino de los fondos.

Pérez Rubio nunca recuperó el dinero prestado a Pinal.

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