"La introspección de Estados Unidos, la crisis de Europa y el mundo multipolar resultante, caracterizado por la tensión permanente entre los distintos centros de poder y unas instituciones de resolución de conflictos que han quedado caducas", son, según el análisis del diplomático Jorge Dezcallar, las tres características principales de la escena internacional actual.

Con los también diplomáticos José Luis Dicenta, que puso el acento en las consecuencias de la crisis, y Fernando Schwartz, que dirigió su análisis a la escena española, el exdirector del CNI participó ayer en el Club en el acto titulado Claves para entender el mundo actual, presentado por el director del foro de debate de Diario de Mallorca, Miguel Borrás, y ante un público que llenó el aforo del recinto.

"El primer elemento que nos sirve para analizar nuestros días es la aceleración del tiempo histórico", diagnosticó Dezcallar. "Los acuerdos resultantes del Congreso de Viena (1815) tuvieron una duración de cien años. Y los de Bretton Woods, de cincuenta. Vivíamos instalados tras el fin de la Guerra Fría en la supremacía americana y el fin de la historia, hasta que se produjeron los ataques a las Torres Gemelas, que llevaron a Estados Unidos a la situación actual de introspección: Obama quiere retirar sus tropas de la escena internacional, pero no puede ser aislacionista porque sus propios intereses se lo impiden, situación que aprovecha Rusia para intentar recuperar la antigua grandeza soviética ocupando Siria y Crimea".

Sobre Europa, Dezcallar aseguró que atraviesa "una crisis institucional, política y social".

"Tenemos el 13% del PIB mundial y el 50% del gasto social, es decir, vivimos muy por encima de nuestras posibilidades", subrayó el diplomático. "Y en este contexto que pone en serio peligro el futuro de la Unión, nos cae el Brexit y la crisis de los refugiados".

"El problema lo tenemos dentro. Y es que veamos a Europa no como una solución, sino como el problema", aseguró. "Necesitamos, por tanto, un proyecto europeo que recupere la ilusión perdida".

José Luis Dicenta, por su parte, inició su intervención recordando el suceso con el que arrancó la crisis, la caída del banco de inversiones estadounidense Lehman Brothers en septiembre de 2008. "Yo no comparto que lo que hemos vivido durante casi una década haya sido solo una crisis", aseguró. "Se ha demostrado que el sistema no funciona y es necesario buscar uno nuevo que sea solidario y evite la cada vez mayor influencia del poder económico en el político", dijo. "Pero el error que estamos cometiendo es intentar solucionar una crisis sistémica con parches coyunturales. Y en el capitalismo de casino actual una élite gobierna con el apoyo del poder económico y la sociedad asiste atónita al desmembramiento del estado del bienestar, la actividad especulativa aumenta lentamente y la productiva disminuye. Hasta que estallen las burbujas", alertó.

Dicenta puso entonces su mirada en Estados Unidos. "La confianza en la democracia ha caído, aunque las medidas anticrisis de Obama han aminorado ese impacto, todo lo contrario que en Europa. Pero lo importante es que la concentración de la riqueza en pocas manos ha reducido un 20% el crecimiento del país".

Para Dicenta, "es ineludible un enfrentamiento con la Unión Europea de no hay más alternativa que la mía, con la del enfrentamiento con Grecia, la de la crisis de los refugiados y la de dejar pasar el tiempo hasta que las ratas se lo coman todo". Y al mismo tiempo abogó "por dejar de tratar a los países de Latinoamérica como meros surtidores de materias primas sin valores agregados".

El escritor y diplomático Fernando Schwartz se preguntó por qué en España "sólo se habla de fútbol y de Pokemon Go" y por qué el "progreso tecnológico puede llevar a la estulticia". "Es una simplificación", dijo dirigiéndose al público. "Pero es una situación que a menudo es utilizada por los líderes para consolidarse en su poder". Schwartz aseguró que "la sociedad española es insolidaria e indiferente, como ha demostrado la crisis de los refugiados. Una sociedad con un sentimiento político primario, en la que las concentraciones del 15-M han dado lugar a un movimiento político sin doctrina".

El diplomático quiso comentar un reciente estudio del Ministerio de Exteriores cuyo objetivo era demostrar, con el Ejecutivo en funciones, el daño que hacía a la imagen de España permanecer sin Gobierno. "El verdadero desprestigio en el contexto internacional nos lo dio la foto de las Azores de Aznar. Desde entonces pintamos poco en la escena internacional. Y con anterioridad los distintos gobiernos trabajaron muy bien", valoró. "De otra forma jamás se hubiera podido organizar la Conferencia de Paz de Madrid, en noviembre de 1991, con la participación de Israel, Palestina, Siria, Líbano y Jordania.