La construcción balear ha tardado mucho en entrar en la senda de la recuperación, pero una vez se ha incorporado a ella está tomando velocidad de vértigo. El sector cerró el pasado año con un crecimiento de la inversión que recibe del 29,3% respecto al ejercicio anterior, un porcentaje tan abultado que pilló por sorpresa incluso a su patronal, según reconoció entonces su presidente, Eduardo López. Pero lo sucedido durante los tres primeros meses de 2015 refleja que esta tendencia no hace más que acelerarse.
Entre enero y marzo de este año la inversión en la construcción de las islas ha alcanzado un valor de 254,8 millones de euros, una cifra que supone un crecimiento en relación al mismo periodo de 2014 del 84,3%, en el que se alcanzaron los 138,2 millones, según los datos facilitados por la asociación de constructores de las islas. Ciertamente, esta tasa se produce en una actividad económica que había tocado fondo y por tanto sobre una base que había quedado ya muy reducida, pero a pesar de ello, duplicar prácticamente su actividad en el plazo de un año sobre un colectivo tan extenso como es el de las empresas constructoras no tiene precedentes en esta fase de reactivación.
La construcción dispone ya de dos motores que tiran de ella. El primero es el sector turístico, de la mano de las reformas que se están realizando en una parte importante de la planta hotelera. Durante los tres primeros meses de este ejercicio la inversión que se ha registrado en este campo es de 77,1 millones de euros, una cifra que arrasa la que se registró en el mismo periodo de 2014, de 23,6 millones. El incremento en este campo es del 226%.
El motor de los chalés
Pero aunque porcentualmente no sea tan llamativa, la actividad que está revitalizando con más fuerza al sector es la de la edificación y reformas de viviendas, ya que en estos tres primeros meses de 2015 el valor adquirido es de 149,7 millones de euros, frente a los 85,2 millones del primer trimestre de 2014. Eso supone un aumento del 75,7%.
¿Este último dato implica que por fin el sector de las empresas dedicadas a la promoción inmobiliaria está recibiendo financiación de la banca para el desarrollo de sus proyectos? La respuesta es negativa. Porque esos 149,7 millones de euros corresponden a 85 proyectos de reforma de viviendas y a 330 inmuebles de nueva construcción. Pero de estos últimos, la inmensa mayoría son chalés, según afirma el director de la citada asociación empresarial, Manuel Gómez, que se ejecutan en régimen de autopromoción, es decir, el que va a ser su inquilino encarga directamente el proyecto a un arquitecto y contrata a la empresa constructora.
Este panorama refleja perfectamente la realidad actual del sector inmobiliario de las islas: la posibilidad de adquirir una vivienda de nueva construcción se limita en gran medida a las clases más altas, muchas veces extranjeros, que pueden financiar la edificación de un chalet .
El capítulo de inversiones en la construcción del archipiélago se cierra con los proyectos no residenciales, como puede ser el desarrollo de centros comerciales o edificios de oficinas, por citar dos ejemplos. Y es aquí donde se detecta el único 'pinchazo', dado que los 27,9 millones de euros del primer trimestre de este año suponen un descenso del 4,7% en relación a los 29,3 millones que se alcanzaron entre enero y marzo de 2014.
Sin embargo, también hay que matizar esta reducción, dado que se produce tras dos años con un importante volumen de proyectos no residenciales.
Por islas, la inversión que se ha registrado en la construcción de Mallorca ha alcanzado un valor de 177,3 millones de euros durante este primer trimestre, un 80,5% más que hace un año, una tasa que se queda ligeramente por debajo de la media balear. En este caso, la inyección generada por las obras relacionadas con el sector turístico asciende a 60,9 millones de euros; 97,3 millones se vinculan a la vivienda, y 18,9 millones a proyectos no residenciales.
Menorca es la que presenta una menor inversión, pero porcentualmente es la que muestra la reactivación más intensa, al pasar de los 6,9 millones de euros del primer trimestre del pasado año a los 17,8 millones de este ejercicio, lo que supone un crecimiento del un 158%.
En cuanto a las Pitiüses, este año han sumado 59,6 millones de euros, por encima de los 33 millones de 2014, con un incremento del 80,6%.
Este impulso está teniendo los correspondientes efectos positivos sobre el empleo, ya que los 31.100 asalariados de este sector que hay registrados en el régimen general de la Seguridad Social suponen haber recuperado unos 4.000 empleos de los perdidos durante la crisis, aunque se sigue muy lejos de los 56.000 que se contabilizaban en 2007.
En el caso de los autónomos, hay 13.532 registrados, con una evolución positiva pero de nuevo lejos de los más de 16.000 de 2007.
