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Reportaje

El petróleo baja un 33%, pero la gasolina se abarata menos de un 9% en Mallorca

La última vez que el crudo estuvo tan económico, en junio de 2010, el gasóleo y la gasolina costaban en la isla 20 céntimos menos por litro - La decisión del Govern Bauzá de aplicar los impuestos más caros permitidos y la falta de competencia explican que los baleares hayan pasado en cuatro años de pagar combustibles más baratos que la media española a sufrir los precios más altos

La gasolinera de BP en Manuel Azaña es la más barata de Palma. Curiosamente, la misma marca tiene en el Arenal algunas de las más caras de la zona. Pere A. Ramis

La gasolina sube como un misil nuclear cada vez que se eleva el precio mundial del barril de petróleo, pero baja mansa cual pluma al viento cuando el crudo se abarata y se produce el efecto contrario. La metáfora es de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que se ha pasado años analizando y documentando una resistencia general de las petroleras a bajar precios que, por otra parte, ha encendido en algún momento la ira de casi cualquier conductor. Lo ocurrido en las últimas semanas es buen ejemplo de la capacidad de las grandes compañías que controlan los flujos de petróleo para contradecir la ley de la gravedad y bajar más despacio de lo que suben: desde que el precio del petróleo de referencia en Europa (el crudo Brent) alcanzó sus valores máximos en junio de este año, el barril de oro negro ha bajado un 33%, pero la gasolina en Balears solo se ha abaratado un 8,8%, mientras el gasóleo apenas retrocedía un 6,9%. Es decir, baja casi cuatro veces más el petróleo que la gasolina, para lucro de las compañías.

Hay más comparaciones que dan que pensar. Por ejemplo, la última vez que el petróleo estuvo a los precios actuales (los más baratos en cinco años), allá por el mes de junio de 2010, el litro de gasolina súper 95 salía un 16% más económico en la isla (19 céntimos menos). Y lo mismo con los coches diesel: con el crudo a idéntico precio que hoy (78 dólares el barril), el gasóleo resultaba en junio de 2010 un 18% más barato (20 céntimos por litro de ahorro).

¿Qué ha cambiado desde entonces? ¿Hay algún factor que justifique que hoy llenar un depósito de 50 litros de gasóleo salga 9 euros más caro que en 2010 con los mismos precios de petróleo? Pues unos cuantos factores han variado. Por ejemplo, hoy el euro está más débil, y el petróleo se paga en dólares. También ha variado la demanda de combustible, más elevada. Pero quizá la razón fundamental del encarecimiento sean los impuestos, según coinciden en denunciar tanto la asociaciones de consumidores de las islas como la patronal que agrupa a la estaciones de servicio.

El hecho de que el Govern Bauzá decidiese aplicar a los combustible el mayor impuesto permitido influye de forma decisiva, dicen. El mal llamado "céntimo sanitario" (no financia la sanidad y, en realidad, de "céntimo" no tiene nada: son 4,8 céntimos de impuestos adicionales por litro de carburante) ha acelerado una subida que hace perder competitividad a la economía balear y castiga el bolsillo de los ciudadanos. Los datos lo documentan con contundencia implacable. En 2010 y 2011, dos años antes de que Bauzá accediese al poder y subiese los tributos, Balears pagaba la gasolina a un precio más reducido que la media del Estado (108,1 céntimos el gasóleo, frente a 108,4 de media española), pero hoy las islas son con diferencia la comunidad que consume el combustible diesel y la gasolina más caros. Tanto es así que la diferencia con las autonomías más económicas (Navarra y Aragón) es de 11 céntimos de media por litro.

Sube más en Balears

Y la tendencia es si cabe más preocupante para los consumidores y empresas de las islas: desde junio de 2010, el momento con los precios de crudo más bajos de los últimos cinco años, el coste del litro ha crecido más en Balears que en el resto de España. Los datos: la gasolina, desde junio de 2010 a septiembre de 2014, cuando se publican los últimos datos homogéneos para toda España, se encarece un 22% en España y un 27% en Balears, mientras el gasóleo sube un 21% en el Estado y un 25% en las islas, según datos oficiales del Ministerio de Industria.

Aunque los precios sin impuestos también suben con fuerza, así que no todo el encarecimiento de los últimos años es achacable a Bauzá y su política de incremento de la presión fiscal: las propias petroleras también se llevan su parte. Lo denunció este año la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), cuando reveló en uno de sus informes que los márgenes de beneficio de las petroleras crecían solo en España, mientras se mantenían en el resto de Europa. No era la primera que el órgano oficial encargado de velar por la pugna honesta en el libre mercado se lanzaba al cuello de las petroleras. Ya en 2012 había acusado a las compañías de actuar con distinta diligencia a la hora de subir precios que a la de bajarlos, lo que desde entonces se llama "efecto cohete-pluma". Los precios suben como un cohete en cuanto se encarece el crudo, y bajan a velocidad de pluma cuando el petróleo reduce su cotización. La actitud beligerante de Competencia se plasmó también esta primavera, cuando afearon "el tradicional repunte de precios de Semana Santa", aunque sirvió de poco: el efecto luego se repitió durante el verano en cada cambio de quincena vacacional. La andanada de la comisión nacional se completó en mayo con otro comunicado en el que describía y censuraba el efecto lunes, la técnica con la que las petroleras coinciden en abaratar los precios el lunes para después irlos encareciendo casi simultáneamente toda la semana, desnudando con ello una alarmante falta de competencia entre marcas y estaciones de servicio.

Y eso que la CNMC no se ha parado a observar el mercado balear, marcado precisamente por la menor competencia existente en una de las pocas regiones europeas que a día de hoy carece aún de gasolineras low cost (estaciones de servicio robotizadas que cobran hasta quince céntimos menos por litro). ¿Supone eso una gran diferencia? Los datos objetivos no dejan lugar a la duda: sí, la diferencia es abismal. Ya leyeron los números antes. Entre el precio medio por litro de gasolina súper de 95 octanos más caro del país (el de Balears) y los más barato hay 11 céntimos de diferencia. Y la brecha se abre más con el gasóleo en unas islas frente a las que quieren buscar petróleo los mismos que ya lo han encontrado, esas petroleras que se lo piensan sobre todo para bajar los precios.

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