Guillem Estarellas, secretario autonómico de Educación secretario autonómico de Educacióny verdadero conseller en la sombra durante la etapa de Joana Maria Camps, está en la cuerda floja. Fuentes cercanas al Consolat apuntan que el entorno del president José Ramón Bauzá lo consideran tan responsable o más que la exconsellera Camps de la falta de soluciones al encarnizado conflicto educativo. Por ello, se apunta que podría ser relegado de sus funciones de poder casi absoluto en la conselleria de Educación o incluso enviado a otro departamento del Govern.

En los últimos días se le ha visto por la conselleria de Educación alicaído y con semblante desencajado. El exsecretario general del PP, al igual que su anterior jefa, también fue quitado de la circulación mediática cuando tomó el mando de las operaciones Núria Riera. Era el martes por la mañana tras los primeros varapalos judiciales contra el TIL. El pasado viernes asistió a la toma de posesión de la nueva consellera y se le vio cabizbajo, conocedor que también está en el punto de mira del Consolat por las continuas derrotas a manos del colectivo docente. Un colectivo al cual él pertenece y en el que antes de convertirse en abanderado del TIL gozaba de una gran consideración.

Camps, el pasado martes y durante sus únicas y últimas frases sobre la suspensión del TIL, recordó: "Yo no era consellera cuando se implantó". Es cierto. Pero Estarellas ya estaba en la conselleria como director general. Además, Bauzá y su entorno saben que Estarellas es el máximo responsable de otro problema de envergadura con los inspectores de educación, donde intentaron hacer un concurso digitado y los tribunales también se lo tumbaron. Asimismo, en el Govern dan por sentado que la presencia del actual secretario autonómico no es favorable en una negociación con los docentes que lo han criticado tanto o más que a la exconsellera Camps.

Núria Riera no es mujer que vaya a permitir una bicefalia. Ella quiere asumir todo el poder y tiene la suficiente personalidad para desmantelar la infraestructura de un conseller en paralelo como ha sido Estarellas durante el último año y medio.

Riera marcó distancias con él

Un detalle que no pasó desapercibido fue que la nueva consellera de Educación marcó distancias ayer con el secretario autonómico. En la reunión que Riera mantuvo con todo su equipo, lo lógico hubiera sido que el auténtico número dos de la Conselleria se sentara a su lado. Sin embargo, Estarellas fue colocado en una parte de la mesa junto al resto de directores generales y asesores. La consellera no desveló si realizaría cambios en su equipo, pero tampoco los descartó, una situación que deja en el aire la situación de Estarellas y su mano derecha, el director general de Planificación Infraestructuras y Recursos Humanos, Bartomeu Isern.

Personas que han trabajado con Núria Riera aseguraron ayer que la nueva consellera quiere en su equipo personas de su máxima confianza.