El poder Judicial y el Ejecutivo están manteniendo, con ocasión del TIL, un insólito duelo para ver quien es más fuerte. La Constitución dice que los más poderosos son los magistrados, pero al Govern de José Ramón Bauzá los autos y sentencias le resbalan: "Yo a lo mío, que nadie pare el trilingüismo en la enseñanza".

Saben en Can Berga que la Justicia es lenta y que, de no mediar la suspensión de la aplicación del TIL, para cuando el Tribunal Supremo se pronuncie al respecto todo será papel mojado, como tantos otros litigios. Los togados quieren salvaguardar el interés público, la legalidad, y los políticos su orgullo de gobernantes firmes y tozudos.

Los padres se preguntan, mientras el duelo sigue en marcha, ¿qué rayos estudiarán sus hijos este curso?, ¿valdrán los libros en inglés por los que han pagado una pasta o tendrán que volver a los manuales en catalán? Los alumnos, entre tanto, están asistiendo a una clase práctica de realidad.