­­El expresident del Govern del Partido Popular (PP) Jaume Matas deberá ingresar en prisión, tras serle denegado el indulto, por cometer en 2006 un delito de tráfico de influencias, al ordenar a un director general que "a toda costa" se diera una subvención de casi medio millón de euros a Antonio Alemany, el periodista que le redactaba sus principales discursos y le marcaba sus líneas políticas, para que éste montara una agencia de noticias de ámbito balear.

Matas tiene pendientes varias piezas separadas del caso Palma Arena, entre ellas la de Nóos, donde se enfrenta a 8 delitos de tráfico de influencias, malversación, prevaricación y fraude, penados con hasta 15 años de prisión. El expresident está imputado en seis piezas (Nóos, Ópera, Over, Patrimonio suyo y Desfase de las obras) y declaró como encausado en otras trece.

La condena de Matas se produjo dentro de la primera pieza separada del Palma Arena llevada a juicio: el pago encubierto por el Govern a Alemany por sus discursos presidenciales y las ayudas públicas que el Ejecutivo otorgó a este empresario y periodista.

Matas fue condenado, en marzo del 2012, por la Audiencia de Palma a seis años de cárcel por los siguientes delitos: prevaricación, malversación, fraude, falsedad documental y tráfico de influencias. Alemany fue sentenciado a tres años y nueve meses.

En julio del 2013 el Tribunal Supremo casó (revocó) la mayor parte de esa sentencia y mantuvo únicamente la condena de 9 meses de prisión para Matas por tráfico de influencias y rebajó a 2 años y 3 meses la pena para Alemany.

Los hechos se remontan a comienzos del 2006, cuando Alemany mantuvo una reunión con el president Matas y el director general de Comunicación de éste (el jefe de prensa), Joan Martorell, para hablarles de su idea de crear ABA, la Agencia Balear de Noticias.

Según la sentencia, a Matas "el proyecto, por lo innovador, su trascendencia y repercusión, le pareció interesante". El president se ofreció a "apoyar económicamente a la agencia hasta donde fuera posible en el marco de las subvenciones a los medios".

Matas "trasladó esa decisión" a su jefe de prensa, "pues sería en el seno de la dirección general de Comunicación donde se tramitarían y evaluarían las solicitudes de subvenciones". Las órdenes de Matas fueron transmitidas por Martorell a sus subordinadas, las funcionarias encargadas de revisar las peticiones de ayudas públicas y puntuarlas. El director general solicitó a una de ellas "que otorgara la máxima puntuación posible a la subvención interesada por ABA".

Alemany consiguió así 24,3 puntos sobre 25, lo que le aseguró recibir del Govern casi 450.000 euros para su agencia, una iniciativa que se solapó con su diario digital "Libertad balear".

Para la defensa de Matas no hubo tráfico de influencias, que sí vio el Supremo.