Los comportamientos incívicos en zonas turistas, como en el caso del concurso de felaciones a cambio de bebidas que se registró en Magaluf, no se pueden solventar por la vía de las sanciones, sino que pasan por la "concienciación de turistas y empresarios", según defendió ayer en Palma la secretaria de Estado de Turismo del Gobierno central, Isabel Borrego, al considerar que "a veces la penalización no resuelve los temas".

En este aspecto, puso de relieve que la lucha en favor de un turismo de calidad incumbe a todos, tanto Administraciones públicas como sector privado.

Borrego destacó la celebración durante la tarde de ayer de una reunión en Madrid con el conseller del ramo, Jaime Martínez, y con el embajador y el cónsul general del Reino Unido, Simon Manley y Andrew Gwatkin respectivamente, para poner en marcha una campaña publicitaria "de carácter institucional, no promocional" con la que reforzar la imagen de un turismo "responsable" y evitar los citados comportamientos incívicos. Esta iniciativa, promovida por el Govern y Turespaña, se iniciará este fin de semana en los medios de comunicación del Reino Unido que han informado sobre los incidentes de Magaluf y en las redes sociales, y cuenta con el respaldo de la asociación británica de agencias de viajes (Abta).

En cualquier caso, la secretaria de Estado subrayó que lo sucedido no representa a Mallorca, ni a Calvià y ni siquiera a Magaluf, dado que este tipo de incidentes se circunscriben a una zona muy concreta como es Punta Ballena.

Campaña de inspecciones

El conseller de Turismo, Jaime Martínez, también reconoció ayer las dificultades existentes para aplicar sanciones en este tipo de casos, alegando que resulta complicado prohibir estas actividades "en un mercado libre", ya que "dentro de un establecimiento cerrado la libertad de las personas está por encima de según qué tipo de regulaciones".

Pese a esta afirmación, anunció que se va a llevar a cabo una campaña de inspecciones en zonas turísticas con el fin de paliar este tipo de actividades. En este sentido, Martínez defendió la necesidad de señalar a las empresas que favorecen comportamientos "puntuales" como el que se registró en Magaluf.

Así, el conseller aseguró que en las islas "no caben ni turistas ni empresarios que puedan realizar actividades absolutamente desagradables, vejatorias y deleznables", y añadió que el modelo turístico que se persigue en el archipiélago, de calidad, está perfectamente marcado y que ahora lo que hace falta es que todos los sectores isleños caminen en esa misma dirección.

Por ello, destacó la necesidad de erradicar situaciones como la citada de Punta Ballena u otras relacionadas con los party boats o los casos de balconing (saltar a las piscinas desde los balcones de los hoteles) por el daño que ocasionan a la imagen de Balears como destino turístico.

Para analizar estas cuestiones, recordó que además de la reunión celebrada ayer en Madrid con la Secretaría de Estado de Turismo y la Embajada británica, mañana tendrá lugar un encuentro del consejo asesor turístico de las islas, al que acudirán representantes de todas las formaciones políticas.

De momento, desde el PSOE de Calvià se ha acusado al alcalde de este municipio, Manuel Onieva, de haber permitido que la situación de Magaluf se haya ido deteriorando año tras año y que la zona "se le ha ido de las manos".

Los socialistas denuncian la pasividad que hasta ahora han mantenido el Govern y el Consistorio ante este tipo de problemas, y que ahora no quede otro remedio que buscar soluciones de emergencia.