Empresarios ´rojos´ en un momento en el que el asociacionismo era "pecado mortal". Esa es la imagen que las estructuras finales del Franquismo tenía del grupo que se alió para poner en marcha polígonos industriales en Palma y que creo un instituto que se convirtió en un referente en la formación de los protagonistas de la economía balear de los años 70, según recordaron ayer algunos de sus protagonistas.

La Asociación de Industriales de Mallorca (Asima) presentó el libro sobre los 50 años de su historia, en cuya publicación ha colaborado La Caixa, y para ello contó con la presencia de algunos de los participantes de estos orígenes, como Jeroni Albertí, que presidió esta organización entre 1970 y 1980; el catedrático Ramón Tamames, que fue profesor del Instituto Balear de Estudios de Dirección Empresarial (Ibede); Gabriel Barceló, como fundador y primer presidente de la patronal Caeb; y Damián Barceló y Jaime Canudas, como cofundadores de Asima. El acto se caracterizó por la presencia de destacados representantes del mundo empresarial y la Universitat, y fue cerrado por el conseller de Economía, Joaquín García.

Jeroni Albertí abrió el turno de las anécdotas recordando ese apelativo de "los rojos del polígono" y el enfrentamiento verbal que tuvo con "el ministro de turno" durante los últimos años del Franquismo, cuando se les advirtió que ninguna autoridad acudiría a la inauguración del polideportivo existente en Son Castelló si este no era cedido al Estado, a lo que el entonces presidente de Asima contesto que no necesitaban la presencia de autoridades sino solo de empresarios y trabajadores. Igualmente, apuntó que esa fama de ´rojos´ se vio ampliada cuando se creo el Ibede y se puso al frente del mismo a Jesús Monzón y se invitó a impartir clases a Ramón Tamames, Jordi Pujol o Joaquín Garrigues. Albertí recordó que el gobernador civil Carlos de Meer llegó a exigirle que grabara una intervención de Tamames, algo que no se hizo.

Por su parte, Ramón Tamames subrayó el "ambiente de innovación y entusiasmo" que se respiraba en el citado instituto, y destacó la trascendencia que tuvo recordando que Gabriel Escarrer y Félix Pons estuvieron entre sus alumnos. Rememoró como momento especialmente emotivo para él cuando tuvo que dar una conferencia previa a otra de Camilo José Cela, y este inició la suya señalando que iba a resultarle difícil emular a su "joven amigo". El catedrático tuvo un recuerdo especialmente cariñoso para Jesús Monzón, y recordó que este se hizo cargo del instituto tras haber pasado 15 años en la cárcel y un exilio en México.

Damián Barceló hizo hincapié en que Asima "nació de la izquierda" y en que todavía quedaba en esta institución algo de ese espíritu, y tuvo un recuerdo especial para Ramón Esteban Fabra, presidente entre 1967 y 1970, que fue "el que me habló de emprender una locura". Como anécdota, recordó que cuando se buscaban fondos mediante la venta de tres plantas de la torre Asima, y ante la falta de ofertas, Albertí le comunicó que las iban a comprar ellos dos.

Gabriel Barceló señaló que la primera sede social de Caeb estuvo en el polígono de Son Castelló, y valoró el que desde esta patronal se hiciera realidad el mensaje empresarial en una época en la que este colectivo estaba desmantelado. Por ello, subrayó que tanto esta confederación empresarial como Asima forman parte de la historia de Mallorca.

Jaume Canudas también tuvo un recuerdo para Ramón Esteban Fabra y destacó la importancia que para el mundo empresarial de la época tuvo el poder contar con los primeros terrenos en las afueras de Palma, lo que posibilitó dejar atrás las estrecheces que se sufrían en el centro de la ciudad.

En representación de los empresarios jóvenes, Damián Sbert reclamó a las Administraciones menos trabas burocráticas, mientras que el actual presidente de Asima, Miguel Bordoy, tuvo unas palabras de agradecimiento para todos los que han colaborado con la asociación (que calificó de "asimeros"), especialmente para los ya ausentes.