Más de veinte mil personas se manifestaron ayer en Palma, Eivissa, Formentera, Ciutadella, Maó y Castellón contra las prospecciones petrolíferas que la compañía escocesa Cairn Energy pretende llevar a cabo en el golfo de Valencia, a escasos kilómetros de las costas ibicencas.
Quizá fue la proximidad del peligro la que motivó que la manifestación celebrada en Vila fuera la más multitudinaria ya que congregó a unas diez mil personas, cifra con la que coincidió la Policía Nacional y discrepó la Local, que habló de una asistencia de entre 15.000 y 18.000 ciudadanos a la marcha que comenzó a las cuatro de la tarde en el paso de Vara del Rey y concluyó horas más tarde en el paseo marítimo de Eivissa.
Con anterioridad, por la mañana, cuatrocientas personas en Maó y trescientas en Ciutadella habían escenificado el rechazo menorquín a las prospecciones. Y Castellón también se sumó a las protestas con un acto al que se sumaron más de 5.000 personas de toda la Comunitat Valenciana para decir no a los sondeos petrolíferos en el golfo de Valencia y en el entorno de las islas Columbretes.
En Palma, con minutos de retraso, comenzaba la marcha en el parc de sa Feixina en torno a las cinco y media de la tarde en dirección al Parc de la Mar. Cerca de cinco mil personas secundaron el llamamiento hecho por el movimiento social y ciudadano Balears diu no para participar en una marea blava que arrastrase lejos del litoral balear las temidas prospecciones así como la posibilidad de un vertido de crudo que acabe con las "cristalinas aguas de las islas", como se apuntó en la lectura del manifiesto con el que acabó el acto reivindicativo.
Tal y como se había adelantado, buena parte del Govern asistió a las marchas convocadas en las islas. Así, el president Bauzá, acompañado por el conseller de Medio Ambiente, Gabriel Company, y el de Hacienda, José Vicente Marí, participaron en la manifestación de Eivissa. La consellera de Educación, Joana Maria Camps, se desplazó hasta su isla de Menorca, y en Palma se pudo ver al conseller de Economía, Joaquín García; al de Turismo, Jaime Martínez; al de vicepresidencia, Antoni Gómez, y a la consellera de Administraciones publicas y portavoz del Ejecutivo autónomo, Núria Riera. La presidenta del Consell de Mallorca, Maria Salom, tampoco eludió la cita.
Como tampoco lo hicieron políticos y representantes de los diferentes sectores productivos de la isla. Así, entre los primeros cabe citar a los populares Mabel Cabrer, portavoz del grupo parlamentario popular, y el diputado Fernando Rubio; a los socialistas Antoni Diéguez y Vicenç Thomàs, portavoz adjunto del PSOE en el Parlament; a los parlamentarios de Més Gabriel Barceló y Fina Santiago, que realizaron el recorrido acompañados del exconseller de Medio Ambiente Gabriel Vicens, objeto de polémica estos últimos días al sugerir el PP la posibilidad de votar una proposición no de ley declarándole persona non grata en esta comunidad. Tampoco excusaron su asistencia Josep Melià y Antoni Pastor, vicepresidentes del PI, partido regionalista que se presenta como alternativa para el votante moderado de las islas.
Fuera del ámbito político, se constató la presencia de representantes ecologistas del GOB -la portavoz Margalida Ramis y la nueva presidenta del grupo, Micaela Noguera-, sindicalistas como Manolo Cámara o representantes del sector comercial como Pilar Carbonell, Bernat Coll o el presidente de Afedeco, Bartolomé Servera, muy combativo contra las prospecciones.
A quien se echó a faltar fue a algún representante del mundo turístico, muy combativo a la hora de emitir comunicados contra unas prospecciones que pueden poner en peligro su actividad en las islas, principal motor económico de la comunidad.
La marcha trascurrió sin incidentes, amenizada por los frenéticos tambores de una animada batucada hasta su llegada al Parc de la Mar, donde se procedió a la lectura de un manifiesto en el que se dijo que el "rechazo unánime a estas prospecciones es una realidad flagrante, nadie en esta sociedad quiere petróleo en sus costas. El despliegue actual organizado a raíz de un movimiento ciudadano espontáneo, ha acercado esta realidad al resto de ciudadanos. Esta intensa lucha no ha sido liderada por instituciones, sino por la ciudadanía", se recalcaba en el manifiesto, añadiendo que esta ciudadanía "está en contra de la codicia" del Gobierno y no está dispuesta a prescindir de las "aguas cristalinas" del archipiélago, ni a su flora y ni fauna marinas, ni al turismo, el "motor de la economía" balear, añadieron.
"Las islas nos reciben a todos con los brazos abiertos y nos entregan su riqueza porque la disfrutamos y vivimos de ellas. Es por eso que es una obligación para nosotros, ciudadanos de Balears, decir no a quedarnos sin aguas cristalinas, no a la destrucción de la la flora y la fauna marina, no a destruir el motor de nuestra economía, no a la masacre de la riqueza natural, no a un legado vulnerado para nuestros hijos, no a las prospecciones petrolíferas en Balears", acabó el manifiesto entre los aplausos de los asistentes.
También durante la lectura del texto Balears diu no cifró en unas 75.000 las alegaciones de ciudadanos de las islas presentadas contra el proyecto de sondeos, aunque afirmó que se llegará a las 100.000 con las firmas que se han recogido en la península.
Como primera reacción a estas movilizaciones, el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, declaró ayer en Las Palmas que siente un "total respeto" a estas iniciativas ciudadanas y recordó que fue el anterior Gobierno socialista el que autorizó estas operaciones en el golfo de Valencia, a entre 30 y 60 kilómetros de distancia del archipiélago balear.
Bauzá: "Defendemos lo nuestro"
En este sentido, el president Bauzá retuiteó ayer la foto del Boletín Oficial del Estado (BOE) del 22 de enero de 2011, correspondiente al periodo del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que concedió el permiso a la sociedad Capricorn Spain Limited (filial en España de Cairn Energy) para realizar estos sondeos.
Además, Bauzá emitió un tuit en el que decía: "Estamos en Ibiza para defender lo nuestro; defendiendo lo de todos", y sustituyó su habitual foto de perfil por el logotipo de la entidad "Ibiza dice no", una planta petrolífera tachada con una línea roja.
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