El titular "El Govern da un millón de euros a la Fundación Kovacs", aparecido en este diario el domingo 1 de abril del año pasado, puso extremadamente nervioso a Francisco Santi Kovacs, el médico que desmiente al Boletín Oficial. No le preocupaba el dinero obtenido, que a buen seguro considera insuficiente, sino el impacto sobre patronos de su entidad privada con el calado del presidente de El Corte Inglés.

Es un alivio ser insultado por Kovacs, aunque sea en un medio de la bajísima audiencia de IB3, dada la injuria que supondría una alabanza de sus labios. Sin embargo, las descalificaciones provocan extrañas compañías. Por ejemplo, el servicio de traumatología al completo de Son Dureta/Son Espases, también vejado por el médico mallorquín tras presentarles el protocolo de derivación de pacientes en 2004.

En un correo enviado a la conselleria de Sanidad del Govern Matas, el doctor Kovacs le comunica a Josep Corcoll -a la sazón director general de Planificación y Financiación- que se había "hecho explícitamente patente la falta de actualización de los conocimientos" de los traumatólogos del hospital de referencia. El agraciado con más de un millón de euros públicos en un año detallaba que "a mi modo de ver, la falta de actualización de los conocimientos de los traumatólogos es preocupante, y más si tenemos en cuenta que se trata de los de Son Dureta, ¿es posible que en las islas menores estén todavía menos actualizados?"

Kovacs contraponía su desprecio a los médicos mallorquines con "traumatólogos del máximo prestigio internacional, pero que están "civilizados", puesto que investigan y actualizan sus conocimientos". Quien no se pliega al médico subvencionado, es un salvaje. Insistía el doctor mallorquín en que "la postura que tenían nuestros traumas no era racional, simplemente querían defender sus intereses corporativos en contra del interés de los pacientes y el erario público". Remacha que "los conceptos que manejan fundamentan una práctica clínica inadecuada (ineficaz) y un coste enorme e injustificado". Para reeducar a traumatólogos y periodistas descarriados, se pregunta si hay que "traer a algún traumatólogo de primer nivel, para que sea él el que les abra los ojos".

El presidente de la Fundación Kovacs estaba tan implicado con la conselleria de Sanidad del Govern Matas que se ofrecía a redactar, para los altos cargos del ejecutivo, las ponencias que después pronunciarían con vitola institucional sobre las técnicas del propio Kovacs. Curioso comportamiento de quien invoca al método científico porque lo desconoce, pues su única estrategia es el manto regio. Le sugería a Corcoll que "como conozco la presión de tu agenda, he pensado que tal vez te sería útil que también te preparara un borrador de tu intervención". El médico contratado por Bauzá para IB3 obliga a plantearse dónde acaba el Govern y dónde empieza la Fundación Kovacs.