"Tengo el junio casi hecho y mayo no va nada mal: ¿cómo no voy a contratar?" La frase es de un hotelero que ayer no disimulaba su alegría. Uno de tantos: la incredulidad del miércoles ante las cifras espectaculares anunciadas por los tour operadores dio paso el jueves a un análisis sosegado y moderado, antes de que ayer antes de irse la mayoría hablasen abiertamente de "éxito", de "la mejor feria en veinte años" y de "optimismo después de tres años de desastre". Siguen recalcando que vendieron a precios bajos, pero reconocen que aún les quedan plazas no adjudicacas a los tour operadores con las que podrán jugar conforme avance la temporada: si va la mitad de bien de lo que parece, irán a precio de catálogo sin descuento. "Julio y agosto están llenos, como en 2010, pero la diferencia es que no será necesario hacer descuentos en julio y agosto", certificaba Marilén Pol, la portavoz de todos los hoteleros, que recuerda que el año pasado las rebajas de última hora permitieron salvar el tipo y cubrir gastos, pero dejaron el balance en rojo.

Aunque la clave no son julio y agosto. Mallorca se la juega en el inicio y el final de la temporada. Y por ahí también llegan buenas noticias. Los hoteleros consultados coinciden en que las reservas y las previsiones para septiembre y junio son magníficas, mientras que mayo va más lento (pero cualquier resultado es mejor que el del año del volcán). Así que la temporada parece que llegará viva a octubre. "Es la clave: si la podemos alargar será un éxito", analiza Pol, que detalla que a día de hoy están abiertos el 48% de los hoteles. La mitad, que serán todos en Semana Santa, cuando se esperan buenas cifras. Tampoco tienen los hoteleros especial preocupación por el todo incluido: "Seguirá siendo un 12% del total, porque estamos creciendo en todos los segmentos".

Los restaurantes, desconfiados

Aunque los restauradores no se lo acaban de creer: las mejores cifras son las de los tour operadores, y tour operadores y todo incluido son uno. "Estamos optimistas porque van a venir más turistas, claro, pero lo del todo incluido no lo veo claro. Hay que adaptarlo a Mallorca. ¿Cómo? No lo sé, pero cree que es posible incluirnos también en ese tipo de negocio", reflexiona Pilar Carbonell, presidenta de los restauradores, contenta con las previsiones, pero temerosa de lo que sigue sin solucionarse: la estacionalidad. "Queremos por ejemplo que se promocione la gastronomá mallorquina, que es maravillosa y está olvidada. Hay mucho que se puede hacer y no se hace. Nosotros lo vamos a intentar en una feria de Santander. Merece la pena, porque de verdad necesitamos desestacionalizar". Eso y conseguir que los turistas que lleguen este año vuelvan. "Son clientes prestados, hay que cuidarlos", recalca Pol. Y Nájera, que en Playa de Palma trabaja en proyectos formativos para mejorar la calidad del servicio. Y Antich, que pide mimo para los turistas. Y Escarrer, que lo resumía: "Tenemos que echarnos al cuello de los turistas".