Los tour operadores (TTOO) están aprovechando la debilidad del mercado turístico para exigir a los hoteleros mallorquines que recorten drásticamente sus precios para el verano de 2010.

Julio y agosto son los meses en que se firman los contratos para el año siguiente, convenios formales que en mucho casos se convierten en papel mojado porque cuando vienen mal dadas, los tour operadores toman la decisión unilateral de pagar la tarifa que más les conviene.

Este año la negociación de precios está dejando a los hoteleros mal parados, porque en el mejor de los casos están logrando mantener simplemente los precios y sin ningún incremento. La realidad es que sólo los mejores productos de alojamiento consiguen la estabilidad de las tarifas, porque muchos otros se ven obligados a bajarlas.

Bajadas drásticas

Empresarios de varias zonas han asegurado que algunos tour operadores están reclamando bajadas de precios de hasta un 20 por ciento, porque quieren que en 2010 se apliquen los precios reales que rigen durante estos días, y que han supuesto una fuerte reducción para poder atraer turistas.

No se trata de casos generalizados, pero lo que sí es bastante habitual es que se esté pidiendo a los hoteleros aumentar el descuento que se practica a los clientes por reserva tempana. Esta rebaja era de un 10 o 15 por ciento y se concedía a los clientes que reservaban hasta finales de diciembre, y luego había un porcentaje inferior para aquellos que compraran antes de marzo. Es positivo para ambas partes porque tras la reserva, la agencia de viajes abona de inmediato su parte al empresario mallorquín

Ahora los tour operadores piden ampliar el descuento hasta el 20 por ciento en diciembre, y una rebaja del 10 al 15 por ciento para los que compren hasta el 31 de marzo o incluso hasta el 30 de abril. Es una práctica novedosa, perjudicial para los empresarios insulares, pero a la vista de lo mal que está la industria turística, los hoteleros se ven obligados a conceder descuentos hasta las mismas puertas de la temporada alta.

Esta fuerte ampliación de los descuentos, que está siendo firmada estos días entre ambas partes, supone una sangría económica para las empresas turísticas, porque en la práctica les condena a reducir drásticamente sus ingresos. Lloverá sobre mojado porque, tal como dijo el presidente de las cadenas, Aurelio Vázquez, 2009 cerrará con una reducción de ingresos del 10 por ciento para los hoteleros, a lo que habrá que sumar los descuentos de 2010.

Los alemanes son los más proclives a admitir una estabilidad de las tarifas, pero los británicos –como es habitual– son los que quieren los máximos descuentos sin ofrecer a cambio ninguna seguridad sobre el cumplimiento de los contratos.

Recientemente, directivos del Grupo Monarch comentaron a este diario su deseo de lograr la "colaboración" de los hoteleros y para ello los mallorquines debían aceptar descuentos por reserva temprana de un 20 por ciento y que se extendieran hasta marzo de 2010.