Formé parte del séquito que acompañó al president Matas en su visita triunfal al megavelódromo con el que quiso coronar su cuatrienio dorado. Todo se había preparado para que el líder del PP pudiera ufanarse de una instalación levantada a ritmo frenético y equipada con todo lujo, incluida una pista de pino siberiano capaz de lanzar a los ciclistas a la gloria. Aún recuerdo a Matas ´improvisando´ unas pedaladas sobre las carísimas tablas entre las risas pelotas de algunos de los que ayer fueron detenidos por la supuesta gestión fraudulenta del proyecto. Señores fiscales, él se ha ofrecido y nosotros lo merecemos: pidan explicaciones a Matas.