"Cuando hablas con ellos, lo que más llama la atención es la vitalidad que desprenden. No es lo que esperas de alguien de esa edad. Por el tono de la voz, por el ánimo que transmiten y por lo que dicen. En absoluto se sienten un estorbo o alguien que está de más. Al contrario: no solo están vivos, sino que tienen muchas ganas de vivir, y no lo disimulan", explica Lola Merino, profesora de Psicología de la Universidad Complutense y autora de un estudio sobre el perfil psicológico de los españoles centenarios publicado en la revista científica 'Journal of Happiness Studies'.