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B. Ramon
Ver galería >El paso de la borrasca Juliette por la Serra de Tramuntana ha dejado un panorama desolador. Parece el apocalipsis. No hay tramo en la carretera sin árboles caídos. La gran cantidad de nieve acumulada sobre los árboles hizo que numerosas ramas y árboles enteros acabaran por tumbar. Muchos marges también se han venido abajo. De hecho, el Consell de Mallorca admite que necesitará meses de trabajo para recuperar la normalidad en las carreteras que discurren por la cordillera norte. De hecho, el drama que se visualiza al transitar por estas vías se extiende cuando uno llega a las fincas. «Lo que da rabia es que llevas 40 años manteniendo la propiedad y en un día todo se ha ido al garete». Son palabras del propietario de Comassema, Fernando Fortuny, que admite que de los 5.000 olivos que custodia su finca «no se ha salvado ni uno».
B. Ramon
El paso de la borrasca Juliette por la Serra de Tramuntana ha dejado un panorama desolador. Parece el apocalipsis. No hay tramo en la carretera sin árboles caídos. La gran cantidad de nieve acumulada sobre los árboles hizo que numerosas ramas y árboles enteros acabaran por tumbar. Muchos marges también se han venido abajo. De hecho, el Consell de Mallorca admite que necesitará meses de trabajo para recuperar la normalidad en las carreteras que discurren por la cordillera norte. De hecho, el drama que se visualiza al transitar por estas vías se extiende cuando uno llega a las fincas. «Lo que da rabia es que llevas 40 años manteniendo la propiedad y en un día todo se ha ido al garete». Son palabras del propietario de Comassema, Fernando Fortuny, que admite que de los 5.000 olivos que custodia su finca «no se ha salvado ni uno».
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El paso de la borrasca Juliette por la Serra de Tramuntana ha dejado un panorama desolador. Parece el apocalipsis. No hay tramo en la carretera sin árboles caídos. La gran cantidad de nieve acumulada sobre los árboles hizo que numerosas ramas y árboles enteros acabaran por tumbar. Muchos marges también se han venido abajo. De hecho, el Consell de Mallorca admite que necesitará meses de trabajo para recuperar la normalidad en las carreteras que discurren por la cordillera norte. De hecho, el drama que se visualiza al transitar por estas vías se extiende cuando uno llega a las fincas. «Lo que da rabia es que llevas 40 años manteniendo la propiedad y en un día todo se ha ido al garete». Son palabras del propietario de Comassema, Fernando Fortuny, que admite que de los 5.000 olivos que custodia su finca «no se ha salvado ni uno».
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El paso de la borrasca Juliette por la Serra de Tramuntana ha dejado un panorama desolador. Parece el apocalipsis. No hay tramo en la carretera sin árboles caídos. La gran cantidad de nieve acumulada sobre los árboles hizo que numerosas ramas y árboles enteros acabaran por tumbar. Muchos marges también se han venido abajo. De hecho, el Consell de Mallorca admite que necesitará meses de trabajo para recuperar la normalidad en las carreteras que discurren por la cordillera norte. De hecho, el drama que se visualiza al transitar por estas vías se extiende cuando uno llega a las fincas. «Lo que da rabia es que llevas 40 años manteniendo la propiedad y en un día todo se ha ido al garete». Son palabras del propietario de Comassema, Fernando Fortuny, que admite que de los 5.000 olivos que custodia su finca «no se ha salvado ni uno».
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El paso de la borrasca Juliette por la Serra de Tramuntana ha dejado un panorama desolador. Parece el apocalipsis. No hay tramo en la carretera sin árboles caídos. La gran cantidad de nieve acumulada sobre los árboles hizo que numerosas ramas y árboles enteros acabaran por tumbar. Muchos marges también se han venido abajo. De hecho, el Consell de Mallorca admite que necesitará meses de trabajo para recuperar la normalidad en las carreteras que discurren por la cordillera norte. De hecho, el drama que se visualiza al transitar por estas vías se extiende cuando uno llega a las fincas. «Lo que da rabia es que llevas 40 años manteniendo la propiedad y en un día todo se ha ido al garete». Son palabras del propietario de Comassema, Fernando Fortuny, que admite que de los 5.000 olivos que custodia su finca «no se ha salvado ni uno».
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El paso de la borrasca Juliette por la Serra de Tramuntana ha dejado un panorama desolador. Parece el apocalipsis. No hay tramo en la carretera sin árboles caídos. La gran cantidad de nieve acumulada sobre los árboles hizo que numerosas ramas y árboles enteros acabaran por tumbar. Muchos marges también se han venido abajo. De hecho, el Consell de Mallorca admite que necesitará meses de trabajo para recuperar la normalidad en las carreteras que discurren por la cordillera norte. De hecho, el drama que se visualiza al transitar por estas vías se extiende cuando uno llega a las fincas. «Lo que da rabia es que llevas 40 años manteniendo la propiedad y en un día todo se ha ido al garete». Son palabras del propietario de Comassema, Fernando Fortuny, que admite que de los 5.000 olivos que custodia su finca «no se ha salvado ni uno».
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El paso de la borrasca Juliette por la Serra de Tramuntana ha dejado un panorama desolador. Parece el apocalipsis. No hay tramo en la carretera sin árboles caídos. La gran cantidad de nieve acumulada sobre los árboles hizo que numerosas ramas y árboles enteros acabaran por tumbar. Muchos marges también se han venido abajo. De hecho, el Consell de Mallorca admite que necesitará meses de trabajo para recuperar la normalidad en las carreteras que discurren por la cordillera norte. De hecho, el drama que se visualiza al transitar por estas vías se extiende cuando uno llega a las fincas. «Lo que da rabia es que llevas 40 años manteniendo la propiedad y en un día todo se ha ido al garete». Son palabras del propietario de Comassema, Fernando Fortuny, que admite que de los 5.000 olivos que custodia su finca «no se ha salvado ni uno».
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El paso de la borrasca Juliette por la Serra de Tramuntana ha dejado un panorama desolador. Parece el apocalipsis. No hay tramo en la carretera sin árboles caídos. La gran cantidad de nieve acumulada sobre los árboles hizo que numerosas ramas y árboles enteros acabaran por tumbar. Muchos marges también se han venido abajo. De hecho, el Consell de Mallorca admite que necesitará meses de trabajo para recuperar la normalidad en las carreteras que discurren por la cordillera norte. De hecho, el drama que se visualiza al transitar por estas vías se extiende cuando uno llega a las fincas. «Lo que da rabia es que llevas 40 años manteniendo la propiedad y en un día todo se ha ido al garete». Son palabras del propietario de Comassema, Fernando Fortuny, que admite que de los 5.000 olivos que custodia su finca «no se ha salvado ni uno».
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El paso de la borrasca Juliette por la Serra de Tramuntana ha dejado un panorama desolador. Parece el apocalipsis. No hay tramo en la carretera sin árboles caídos. La gran cantidad de nieve acumulada sobre los árboles hizo que numerosas ramas y árboles enteros acabaran por tumbar. Muchos marges también se han venido abajo. De hecho, el Consell de Mallorca admite que necesitará meses de trabajo para recuperar la normalidad en las carreteras que discurren por la cordillera norte. De hecho, el drama que se visualiza al transitar por estas vías se extiende cuando uno llega a las fincas. «Lo que da rabia es que llevas 40 años manteniendo la propiedad y en un día todo se ha ido al garete». Son palabras del propietario de Comassema, Fernando Fortuny, que admite que de los 5.000 olivos que custodia su finca «no se ha salvado ni uno».
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El paso de la borrasca Juliette por la Serra de Tramuntana ha dejado un panorama desolador. Parece el apocalipsis. No hay tramo en la carretera sin árboles caídos. La gran cantidad de nieve acumulada sobre los árboles hizo que numerosas ramas y árboles enteros acabaran por tumbar. Muchos marges también se han venido abajo. De hecho, el Consell de Mallorca admite que necesitará meses de trabajo para recuperar la normalidad en las carreteras que discurren por la cordillera norte. De hecho, el drama que se visualiza al transitar por estas vías se extiende cuando uno llega a las fincas. «Lo que da rabia es que llevas 40 años manteniendo la propiedad y en un día todo se ha ido al garete». Son palabras del propietario de Comassema, Fernando Fortuny, que admite que de los 5.000 olivos que custodia su finca «no se ha salvado ni uno».
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B. Ramon
El paso de la borrasca Juliette por la Serra de Tramuntana ha dejado un panorama desolador. Parece el apocalipsis. No hay tramo en la carretera sin árboles caídos. La gran cantidad de nieve acumulada sobre los árboles hizo que numerosas ramas y árboles enteros acabaran por tumbar. Muchos marges también se han venido abajo. De hecho, el Consell de Mallorca admite que necesitará meses de trabajo para recuperar la normalidad en las carreteras que discurren por la cordillera norte. De hecho, el drama que se visualiza al transitar por estas vías se extiende cuando uno llega a las fincas. «Lo que da rabia es que llevas 40 años manteniendo la propiedad y en un día todo se ha ido al garete». Son palabras del propietario de Comassema, Fernando Fortuny, que admite que de los 5.000 olivos que custodia su finca «no se ha salvado ni uno».
B. Ramon
El paso de la borrasca Juliette por la Serra de Tramuntana ha dejado un panorama desolador. Parece el apocalipsis. No hay tramo en la carretera sin árboles caídos. La gran cantidad de nieve acumulada sobre los árboles hizo que numerosas ramas y árboles enteros acabaran por tumbar. Muchos marges también se han venido abajo. De hecho, el Consell de Mallorca admite que necesitará meses de trabajo para recuperar la normalidad en las carreteras que discurren por la cordillera norte. De hecho, el drama que se visualiza al transitar por estas vías se extiende cuando uno llega a las fincas. «Lo que da rabia es que llevas 40 años manteniendo la propiedad y en un día todo se ha ido al garete». Son palabras del propietario de Comassema, Fernando Fortuny, que admite que de los 5.000 olivos que custodia su finca «no se ha salvado ni uno».
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