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Activos

La imparable renovación de la cúpula bancaria

Solo cinco de los presidentes o consejeros delegados de los diez grandes bancos españoles mantienen un puesto equivalente al que tenían en 2008

Ana Botín.

El reciente anuncio por parte del Santander de que el mexicano Héctor Grisi será su consejero delegado a partir de enero en sustitución de José Antonio Álvarez ha marcado un nuevo paso en el imparable proceso de renovación en los puestos de mando de la banca española iniciado en la pasada crisis financiera. Solo cinco de los presidentes o consejeros delegados de las diez grandes entidades (las supervisadas directamente por el Banco Central Europeo) mantienen un puesto equivalente al de 2008, mientras que otros 21 han dejado la primera línea.

Solo Josep Oliú y Pedro Guerrero siguen presidiendo el Sabadell y Bankinter, cargos que ocupan desde 1999 y 2007. José Ignacio Goirigolzarri ha pasado de consejero delegado del BBVA a presidir CaixaBank, tras ejercer entremedias la misma labor en Bankia, hoy integrada en el banco catalán.

Otro de los cinco supervivientes es Manuel Menéndez, consejero delegado de Unicaja Banco y entonces presidente de Cajastur, que dio lugar a Liberbank y que el año pasado se integró en la entidad malagueña. El repóquer lo completa Manuel Yebra, director general de la almeriense Cajamar hace 14 años y ahora consejero delegado de su matriz, el Banco de Crédito Cooperativo.

Aunque ya no se ocupen directamente de la gestión de sus bancos (entonces cajas de ahorros que presidían), también siguen ocupando posiciones relevantes los máximos responsables de las fundaciones bancarias de La Caixa, Isidre Fainé, e Ibercaja, Amado Franco, como principales accionistas de CaixaBank e Ibercaja Banco. Fainé, además, presidente la patronal CECA.

Un tercer integrante de este grupo, Braulio Medel, se vio forzado a dimitir hace unos días de la fundación de Unicaja ante las presiones políticas y supervisoras y en medio de una guerra por el poder en Unicaja Banco, ahondando en la renovación.

Ilustres salidas

De la primera línea, así, han salido dos de los tres grandes banqueros de 2008: el fallecido Emilio Botín (presidente del Santander entre 1986 y 2014) y Francisco González (presidente del BBVA de 2000 a 2018, antes de Argentaria por designación del Gobierno de Aznar, y hoy imputado por el caso 'Villarejo'). 

Lo mismo ha sucedido, en el segundo escalón, con Alfredo Saénz (consejero delegado del Santander entre 2002 y 2013, puesto que tuvo que dejar tras ser condenado por denuncia falsa, y anteriormente alto cargo del BBV y Banesto); Juan María Nin (consejero delegado de La Caixa entre 2007 y 2014 y anteriormente alto ejecutivo de Santander y Sabadell); y Jaume Guardiola (consejero delegado del Sabadell de 2007 a 2020, exalto cargo del BBVA y candidato a presidir el Cercle d’Economia).

La renovación de las cúpulas también ha afectado al entonces consejero delegado de Bankinter, el expresidente de la Sareb y de Barclays España Jaime Echegoyen. Lo mismo ha sucedido con los presidentes de las entonces dos cajas gallegas, hoy integradas en Abanca (el fallecido Mauro Varela y Julio Fernández Gayoso, que pasó por la cárcel por concederse una indemnización millonaria); de las entonces tres cajas vascas, hoy KutxaBank (Xabier de IralaXabier Iturbe y Gregorio Rojo); y de Cajamar (Antonio Pérez Lao).

Reequilibrio interno

Paralelamente, se ha producido un sustancial reequilibrio interno de poderes en las entidades. Los presidentes siguen siendo la figura central de la mayoría de los bancos, pero su práctica omnipotencia del pasado se va diluyendo poco a poco en favor de los consejeros delegados a instancias del BCE.

El último ejemplo fue hace unos meses la decisión del Santander, avalada por el supervisor, de que su consejero delegado dependa directamente del consejo de administración y no de la presidenta, Ana Botín. Se trató de un paso previo al nombramiento de Grisi con el objetivo de que el BCE no aprovechase el relevo para propiciar un nuevo reparto de competencias.

Botín permanece como la presidenta ejecutiva con más poder. La banquera, cuarto miembro de su familia en presidir el Santander, quiso romper desde que accedió al puesto en 2014 con el legado de su padre y prescindió de casi todos sus colaboradores. Uno de los pocos que se salvó fue Álvarez, a quien ascendió de director financiero a consejero delegado.

El banquero leonés salió reforzado tras el traumático fichaje frustrado del italiano Andrea Orcel en 2019: Álvarez aceptó seguir como número dos, pese a que ya se había anunciado su relevo. Hace unos meses anunció internamente su intención de dejar el puesto y el banco ha elegido a Grisi, responsable del negocio en Norteamérica, por delante del portugués António Simões, su homólogo en Europa, y -según El Confidencial- Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank desde 2014.

El mexicano esbozó esta misma semana su plan: "Estamos cambiando muy rápidamente para pasar de una organización que estaba más enfocada en el producto y en la red de sucursales a una organización omnicanal enfocada en el cliente. Y tenemos que ir más rápido". Fuentes financieras destacan que su nombre se impuso por su mayor conocimiento del banco (entró en 2015), su experiencia tanto en el negocio minorista como de banca de inversión y corporativa, y su carácter, similar al de Álvarez y compatible con Botín.

Cambio de perfiles

En el segundo banco español por presencia internacional, BBVA, la presidencia la ocupa desde 2018 Carlos Torres Vila. Se trata de un perfil distinto al tradicional de los banqueros españoles, aunque cada vez más habitual, ya que inició su carrera en una consultora (McKinsey) y luego pasó Endesa. A instancias del BCE, tuvo que ceder poderes al consejero delegado, el turco Onur Genç, otro ejecutivo extranjero y aupado por promoción interna (como Grisi) y proveniente de McKinsey.

Por su parte, en CaixaBank la presidencia la ocupa Goirigolzarri, aunque con unos poderes limitados. El primer ejecutivo es Gortázar, a quien Fainé ha ido promocionando desde que La Caixa compró el negocio de banca privada de Morgan Stanley, donde trabajaba.

En el Sabadell, Oliú también cedió sus poderes ejecutivos a comienzos del 2021 al nuevo consejero delegado, César González-Bueno, responsable del exitoso lanzamiento de ING en España.

En la quinta entidad por activos, Unicaja Banco, el veterano presidente Manuel Azuaga también cederá en principio sus poderes ejecutivos al consejero delegado en 2023, un puesto que habrá que ver si continúa desempeñando Manuel Menéndez, a quien apoyaba el defenestrado Medel.

Ligeramente más pequeño es Bankinter, donde desde 2010 ejerce como primera ejecutiva María Dolores Dancausa, aupada al puesto de consejera delegada por el primer accionista -Jaime Botín- desde su filial Línea Direct

La presidencia de Abanca, por su parte, la ocupa el venezolano Juan Carlos Escotet, que compró la fusión de las antiguas cajas gallegas al Estado en 2013, si bien el primer ejecutivo es Francisco Botas, que antes ocupó el mismo puesto en el Banco Etcheverría, hoy integrado en Abanca.

En Kutxabank, el exdirectivo del BBVA Gregorio Villabeitia dejará la presidencia en otoño, relevo que los supervisores quieren aprovechar para reequilibrar el organigrama en favor del puesto de consejero delegado, actualmente ocupado por Javier García Lurueña. En Ibercaja, el primer ejecutivo es ya Victor Iglesias. En BCC, por último, Luis Rodríguez González acompaña como presidente al citado Manuel Yebra.

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