El aprendizaje como puente entre lo que somos y lo que queremos ser

¿Te has parado alguna vez en que punto estás? ¿Te has preguntado si eres lo que quieres ser?, también esta misma pregunta la puedes hacer a tu organización, donde está, a dónde quiere llegar, que necesita para conseguir cumplir sus objetivos.

En el mundo empresarial actual, donde la competencia es abrumadora, y la tecnología avanza a un ritmo que a las personas nos cuesta digerir, la formación sigue siendo un pilar fundamental para el crecimiento de las organizaciones y el éxito de las mismas. Más allá de un mero gasto, la formación no deja de ser una inversión con retorno tangible, una poderosa herramienta para poder lograr objetivos y conseguir posicionarnos en la cima. Me gusta utilizar la palabra puente por el significado que conlleva, cuando utilizamos este término hablamos de un período de tránsito, la búsqueda entre donde estamos y a donde queremos llegar, el camino de lo que somos y lo que queremos ser… indiscutiblemente cruzar un puente es estar en proceso de salir de un lugar para llegar a otro, y si miramos con retrospectiva las personas estamos permanentemente en un puente, en continuo aprendizaje y desarrollo.

La FORMACIÓN para las personas y para las organizaciones que apuestan por ellas no debería ser una acción puntual correctiva, que cubra la necesidad en un determinado período, sino que la formación debería ser una estrategia de desarrollo para todos, tanto para fortalecer las capacidades de los profesionales que la forman, así como un elemento motivador para obtener los objetivos propuestos.

El aprendizaje no se limita a la adquisición de nuevos conocimientos académicos, sino que abarca un amplio espectro que incluye el desarrollo de habilidades técnicas, la mejora de competencias interpersonales y el fomento del pensamiento crítico, la creatividad etc. en un mundo en constante cambio y evolución, donde las exigencias del mercado laboral son cada vez mayores, la capacidad de aprendizaje continuo se convierte en un activo invaluable.

A nivel personal, el aprendizaje nos permite explorar nuevas pasiones, intereses y habilidades, ampliando así nuestras perspectivas y horizontes. Cada nueva experiencia de aprendizaje nos enriquece como individuos, nos ayuda a descubrir nuestras fortalezas y debilidades, y nos impulsa a superar nuestros límites. Además, nos brinda la confianza y la autonomía necesarias para enfrentar los desafíos y oportunidades que se presentan en nuestro camino. En el ámbito profesional, el aprendizaje es la clave para el éxito y la competitividad en un mercado laboral cada vez más exigente y cambiante. Las empresas que fomentan una cultura de aprendizaje continuo entre sus profesionales son aquellas que logran destacarse y adaptarse con éxito a las nuevas realidades y desafíos del entorno empresarial. Los equipos de trabajo que valoran y priorizan el desarrollo profesional y el intercambio de conocimientos son más eficientes, innovadores y productivos.

El aprendizaje también desempeña un papel crucial en el desarrollo y la transformación de las organizaciones. Aquellas empresas que apuestan por la formación y el desarrollo de sus profesionales no solo fortalecen su capital humano, sino que también promueven una cultura organizacional basada en el crecimiento, la excelencia y la innovación. El aprendizaje constante permite a las empresas adaptarse a los cambios del mercado, identificar nuevas oportunidades de negocio y mantenerse a la vanguardia de su sector.

No podría acabar este artículo sin mencionar una frase que no es mía sino del Presidente de Educatur, Doménec Biosca y que utiliza muy a menudo y acertadamente, “¿Subiría en un ascensor que ponga no hacemos mantenimiento desde hace un año?” la respuesta es tan clara cómo la pregunta. ¿O no?