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La instalación de rociadores en las cámaras coloca a los frigoríficos “contra las cuerdas”

La renovación de pólizas de seguros fuerza a ubicar estos dispositivos contra incendios en espacios bajo cero | Calculan una caída del 25% en las ventas y deterioro de la mercancía

Instalaciones frigoríficas en una compañía pesquera de Vigo.

Instalaciones frigoríficas en una compañía pesquera de Vigo. / FDV / CEDIDA

Lara Graña

La logística frigorífica es indispensable en la cadena mar-industria, especialmente en Galicia dado el denso ecosistema empresarial que la nutre. La expansión de las transformadoras de pescado y el auge de demanda de este servicio empujaron al sector a realizar fuertes inversiones en los últimos años, con mayor capacidad instalada para grupos como Frigoríficos de Galicia (Frigalsa), Frialia, Hermanos Fernández Ibáñez o Protea, amén de nuevos sistemas de organización interna o de digitalización.

Pero el proceso que encaran ahora es muy distinto y, advierten, les someterá a una fuerte presión en un escenario ya complejo por la falta de rotación de mercancías, el impuesto al plástico o el incremento de costes energéticos. “Las aseguradoras llevan varios años subiendo las tasas de coberturas y ahora piden nuevos requisitos”, lamenta el consejero delegado de Frigoríficos de Vigo (Frivigo), Darío Iglesias. Se refiere a la instalación de rociadores de agua o sprinklers en los almacenes, dentro de las cámaras que superan los veinte grados bajo cero. Es una actuación que están exigiendo las empresas de seguros, constatan todas las voces consultadas de esta industria, para la renovación de las pólizas.

Hay unanimidad entre las empresas: “El riesgo es casi cero, esto nos pone contra las cuerdas”. Como resume Iglesias, los frigoríficos están “a favor” de la instalación de estos dispositivos antiincendios, “pero no dentro de las cámaras”. Y esgrimen varios motivos. El primero es la consiguiente reducción de espacios para almacenamiento, que conllevará una menor capacidad y facturación.

1. Un requisito de aseguradoras

Conforme van expirando las pólizas las compañías de seguros reclaman disponer de estos dispositivos para su renovación. Han de estar instalados en las cámaras.

2. Coste de hasta 150 euros por hueco

H Según el tamaño del almacén frigorífico, el sector estima una inversión de hasta tres millones de euros por empresa.

3. Un pellizco más a la rentabilidad

La instalación de los rociadores reducirá hasta un 25% la capacidad de las salas y se une a la subida de costes energéticos, de las pólizas, la menor rotación o el impuesto al plástico.

“La distancia entre los sprinklers tiene que ser de más de un metro, con lo que vamos a perder entre un 20 o 25% de nuestros ingresos”, en un momento con caída de márgenes en todo el sector. Atribuyen esta exigencia de las aseguradoras a una normativa norteamericana importada ahora a España: “Allí se instalan en almacenes en seco, pero lógicamente no tienen nada que ver con los frigoríficos”. Conforme van venciendo las pólizas, abunda Iglesias, las empresas están siendo notificadas de este requisito para aspirar a una nueva.

Un operario de Frigalsa, en plena faena.

Un operario de Frigalsa, en plena faena. / RICARDO GROBAS

Deterioro del producto

En segunda instancia aluden a un impacto directo sobre la mercancía, que pertenece a un tercero que paga por ese hueco de frío. “Si por cualquier motivo salta el riego el producto que está debajo se estropea. Es que es una pérdida clara de rentabilidad para nosotros”, además de generar un perjuicio sobre sus clientes. La inversión a ejecutar también es cuantiosa, aunque para el máximo responsable de Frivigo no es “la mayor preocupación”. Según el tamaño de las instalaciones, y teniendo en cuenta un coste de hasta unos 150 euros por hueco, el desembolso puede alcanzar los tres millones de euros.

Las actuales instalaciones de Protea en Marín.

Las actuales instalaciones de Protea en Marín. / SANTOS ÁLVAREZ

En un encuentro organizado por la revista especializada Industrias Pesqueras, el gerente de Protea, Nicolás García, ha anticipado que hay frigoríficos que están valorando el repercutir el incremento de sus costes a en las tarifas. “Los clientes también deben entender esta situación. Ahora se han producido una serie de sobrecostes derivados de las inversiones que requieren las compañías de seguros e incremento de las primas, y tanto esas inversiones como las primas tienen un impacto más grande en nuestra estructura de costes”.

El escenario que enfrenta el sector ha espoleado, por otra parte, la necesidad de recuperar su tejido asociativo. La entidad que los representaba en la provincia (APEF) lleva años paralizada. “Nos reunimos habitualmente para poner en común nuestros problemas y ahora queremos volver a activarla”, zanja Iglesias.

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