La fiscalía se querella contra los compradores de Hiperxel por un fraude tributario masivo

Acusa a Eusebio Novas y Juan Villamizar de crear Vinova para enriquecerse con movimientos falsos de mercancía

Una tienda de Hiperxel, con las imágenes de Juan Villamizar, a la izquierda, y Eusebio Novas

Una tienda de Hiperxel, con las imágenes de Juan Villamizar, a la izquierda, y Eusebio Novas / FDV

Lara Graña

El 16 de julio de 2021, la empresa de Vigo Iberconsa formalizó la venta de las 74 tiendas de la cadena Hiperxel. La empresa compradora se presentaba a sí misma como una referencia nacional en la industria del pescado congelado: “Vinova Group es una multinacional con más de 15 años de experiencia comercial”, decía en un comunicado formal. Era más bien una desconocida, aunque anticipaba un “ambicioso proyecto de expansión” y la “construcción de un gran complejo frigorífico y logístico” en Vilanova de Arousa.

En realidad, como desveló la investigación de Faro de Vigo, de Prensa Ibérica, y ha constatado ahora el fiscal Jesús Calles Villamandos, Vinova fue un invento mercantil que solo pretendía “crear una gran simulación de operaciones de comercio con la exclusiva finalidad de ofrecer una falsa imagen de solvencia económica y obtener financiación de las entidades de crédito”.

Todo era una mentira ideada por dos personas: Eusebio Novas Hay y Juan José Villamizar Velásquez. La compradora de Hiperxel utilizaba a la banca para comprar pescados y mariscos a crédito y revenderlos después sin pagar por la mercancía. Con un único fin: su propio beneficio, el que les permitió disponer de una decena de coches de alta gama, un yate o vivir en lujosos chalets de Pozuelo de Alarcón (urbanización La Finca) y Boadilla del Monte (Parque Encinar). El fiscal les imputa tres delitos contra la Hacienda Pública; deberán comparecer como querellados el 15 de noviembre en un juzgado de Marín. Deberán prestar una fianza por importe de seis millones de euros.

En su escrito, el fiscal desgrana en 17 páginas la operativa de esta “trama para la defraudación”, ideada presuntamente por Novas y Villamizar –“son además quienes han percibido los beneficios”– pero en la que participaron otras tres personas físicas (Abelardo Santiago, Ignacio Santiago y Emiliano José Acevedo) y otras cinco jurídicas (Congelados Cíes, Pescados Costa Mogor, Ditsch España, Pescados Antorres y Vaporgusto).

Esta querella aborda únicamente los ejercicios de 2016 a 2019, ambos incluidos, que son los analizados a efectos tributarios. Para entonces, Eusebio Novas ya había sido acusado de apoderarse de 118.000 euros del Círculo Cultural Deportivo de Sanxenxo, del que era presidente. El arousano tenía solo 25 años en aquel momento. También había sido condenado por la emisión de pagarés sin fondos a una compañía eléctrica pontevedresa, y envuelto en una investigación por regularización irregular de inmigrantes.

Cuando ambos querellados se conocieron decidieron crear la marca Vinova. Como explica el fiscal Calles, “en realidad el uso de este nombre comercial es un acrónimo de los primeros apellidos de sus principales artífices [...] y solo tenía por objeto” crear esa “gran simulación” de compañía en expansión. De cara a la galería, ese supuesto gran grupo que era Vinova estaba conformado por las cinco sociedades ante las que también se formula la querella. En los años investigados (2016-2019), prosigue el escrito, “se reflejaba un volumen de facturación elevadísimo” con el que aparentaban, además de músculo económico, sensación de confianza en los proveedores. Las cifras eran muy potentes: casi 140 millones de euros entre Congelados Cíes, Pescados Costa Mogor, Ditsch España, Pescados Antorres y Vaporgusto. “Pero gran parte de esta facturación es falsa, no existe”.

Estilo Pescanova

¿Qué hacían? A un volumen muy inferior, utilizaban empresas supuestamente operativas para comercializar pescado congelado, mismo sistema desplegado por Pescanova SA (vieja Pescanova) entre el año 2008 y 2013. “Gran parte de esa facturación –abunda la querella– refleja operaciones dentro de la trama”, transacciones entre ellas mismas. Y todas, bajo la aparente gestión de otras personas, estaban “siempre bajo la dirección” de Eusebio Novas y Juan Villamizar.

Enseguida evidenciaron su gusto por los coches de lujo: con Pescados Costa Mogor dispusieron de tres vehículos Porsche y un Audi, y con la mercantil Vaporgusto alquilaron otro Porsche más (modelo Cayman) y un BMW i8. Lo volverían a hacer de nuevo ya con cargo a las cuentas de Hiperxel, cuando la cadena ya estaba en situación de insolvencia: firmaron rentings por un Mercedes AMG para Villamizar y dos Audi Q7 para el joven arousano. Estos dos socios retiraron cada día el equivalente a 8.500 euros en efectivo de la caja de las tiendas de congelado, como constató este periódico en exclusiva.

En un escrito remitido a FARO, Eusebio Novas se desvinculó de la gestión de Vinova, pero el Decano demostró que actuaba como gerente –entregaba tarjetas de visita con este cargo– y el fiscal destaca asimismo que los dos socios “se presentaban siempre como gerentes” del grupo. “Estas cinco sociedades [en referencia a las mercantiles querelladas] aparecen como formalmente independientes pero en realidad son dirigidas y utilizadas por Juan Villamizar y Eusebio Novas como instrumento para simular un grupo empresarial solvente para así obtener financiación de las entidades crediticias, adquirir grandes cantidades de producto y proceder a su venta a sus clientes ocultando a la Hacienda Pública gran parte de ellas y obteniendo de esta forma muy importantes beneficios económicos”.

La vivienda donde reside el arousano le cuesta unos 7.000 euros mensuales, que paga a un conocido exfutbolista profesional del Real Madrid. El yate que utiliza, Mansoor, está a nombre de una sociedad a nombre de su pareja; tiene 23 metros de eslora y perteneció al fallecido Jorge Dorribo Gude, principal encausado de la Operación Campeón, fundador de Laboratorios Nupel y epicentro de una trama de fraude de subvenciones y tráfico de influencias.

Entre los testaferros utilizados por la “trama”, siempre según el escrito de Jesús Calles Villamandos, figuran dos personas totalmente ajenas a los congelados: un trabajador de una empresa tecnológica y otro de Correos. Hasta echaron mano de un presidiario de nacionalidad belga –su último domicilio conocido es el centro penitenciario de Topas– o ciudadanos españoles con muy pocos recursos y residentes en San Lúcar de Barrameda o San Bartolomé de Tirajana (Las Palmas). La enorme cantidad de operaciones registradas por esta trama hacen “imposible” determinar con exactitud cuáles fueron reales y cuáles simuladas: las cuotas defraudadas –se toma como referencia la cuantía más beneficiosa para los querellados– supera los 1,8 millones de euros.

La autoría

“Responden en concepto de autores directos del artículo 28.1 del Código Penal los querellados Juan Villamizar Velásquez y Eusebio Novas Hay. Ambos son los autores intelectuales de la trama y quienes han diseñado la estrategia empresarial, adoptando las decisiones necesarias y ocultando su responsabilidad mediante la interposición de personas jurídicas teóricamente autónomas pero manejadas por ellos. Son además quienes han percibido los beneficios de la defraudación”.

La trama societaria

Estas cinco sociedades [en referencia a las mercantiles querelladas] aparecen como formalmente independientes pero en realidad son dirigidas y utilizadas por Juan Villamizar y Eusebio Novas como instrumento para simular un grupo empresarial solvente para así obtener financiación de las entidades crediticias, adquirir grandes cantidades de producto y proceder a su venta a sus clientes ocultando a la Hacienda Pública gran parte de ellas y obteniendo de esta forma muy importantes beneficios económicos”.

Suscríbete para seguir leyendo