Empleo

Marie Claire trabaja al ralentí pese a los 21 millones de euros de ayudas públicas

La histórica empresa textil de Vilafranca se encuentra inmersa en otro ERTE que afecta dos tercios de sus 230 empleados

Un operario en el interior de la fábrica de Marie Claire en Vilafranca.

Un operario en el interior de la fábrica de Marie Claire en Vilafranca. / MEDITERRÁNEO

Elena Aguilar

Es una de las empresas valencianas que más ayudas públicas ha recibido y, sin embargo, continúa trabajando al ralentí. A la histórica textil Marie Claire, con sede en Vilafranca, le cuesta abrir nuevos mercados y crecer en pedidos y facturación y eso, junto al alza de los precios de la energía y de las materias primas, ha provocado que la inmensa mayoría de su plantilla esté inmersa en el enésimo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). 

De las 230 personas que componen la plantilla de Marie Claire, y según ha podido saber Mediterráneo, del grupo Prensa Ibérica, en estos momentos solamente trabajan entre 80 y 90. No hay pedidos para más manos. El grupo empresarial B2TEX, que asumió el control de la empresa de Els Ports hace dos años, ha optado por ajustar al máximo el equipo humano a la carga de trabajo. Una decisión con la que busca lograr liquidez para ir reincorporando poco a poco a los trabajadores que ahora están en casa conforme empiecen a dar resultado las nuevas líneas de negocio que intenta abrir la empresa y vuelvan a incrementarse los pedidos de ropa interior, medias y bañadores, sus productos estrella.

Aunque en teoría el ERTE en el que se hallan inmersos casi dos tercios de los trabajadores de la empresas acaba en junio, el futuro inmediato de la plantilla sigue siendo una incógnita. Y es que, aunque la intención de la dirección de la compañía es que los profesionales empiecen a volver a sus puestos a partir del próximo mes, tampoco está descartado que el expediente de regulación de empleo se prolongue en el tiempo. 

La sucesión de ERTE, no obstante, está teniendo consecuencias en la plantilla. Al tratarse de una regulación de empleo temporal por circunstancias de producción y que ya nada tiene que ver con los expedientes a causa del covid, los trabajadores afectados consumen paro. Una circunstancia que ha provocado que algunos de ellos, sobre todo los de menos edad, hayan acabado por salir voluntariamente la empresa. Y esa es una de las causas (junto al cierre a finales del 2022 de la planta de Borriol y a la baja pactada de otro centenar de trabajadores a principios del 2022) que explican porqué el equipo humano de Marie Claire en nada se parezca al que había hace unos años, cuando la cifra de llegó a superar los 900.

Dinero público

Pese a los ajustes y al plan estratégico diseñado por B2TEX, basado fundamentalmente en multiplicar las ventas en el exterior y potenciar el canal on line, el estado de salud de Marie Claire sigue siendo delicado. Y eso que en los últimos años la empresa ha recibido 21 millones de euros en ayudas públicas. En junio del 2021, la Generalitat valenciana dio luz verde a la concesión de dos préstamos (uno de 7,7 millones y otro de 1.8 millones), mientras que un año después (principios de junio del 2022) se aprobó la concesión de otro de 12 millones de euros.

Esa inyección de dinero público, que coincidió con la compra de la empresa por parte de B2TEX (el Consell siempre ha considerado a la textil una empresa estratégica, dado que su presencia en el interior de la provincia contribuye a frenar la despoblación), tuvo un carácter finalista y entre las condiciones que se impusieron estaban continuar con la actividad productiva en Vilafranca y saldar la deuda que tenía con sus trabajadores y proveedores. Asimismo, los créditos también se condicionaron al mantenimiento del grueso de los puestos de trabajo.

Gracias a esos préstamos en condiciones ventajosas, y siempre según fuentes cercanas a la empresa, la dirección de la textil se ha puesto al corriente de pago con los proveedores y trabajadores, pero la ayuda no se destinó ni a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores ni ha invertir en nueva maquinaria para mejorar los procesos de producción. Tampoco se ha invertido nada en modernizar las instalaciones, que presentan desperfectos desde hace dos años. 

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