Quiebra bancaria

¿Adiós startups? El efecto arrastre que puede tener la quiebra del Silicon Valley Bank

La bancarrota del mayor prestamista de la industria tecnológica está haciendo que algunas empresas emergentes ya estén teniendo problemas para pagar a sus empleados

El Silicon Valley Bank se declaró en quiebra el pasado viernes.

El Silicon Valley Bank se declaró en quiebra el pasado viernes.

Carles Planas Bou

Antes de ser gigantes, las empresas tecnológicas más poderosas del mundo empezaron siendo ideas visionarias en busca de inversión. Sin dinero esas promesas no se habrían materializado. Y, durante cuatro décadas, esa financiación se canalizó a través del Silicon Valley Bank (SVB). Hoy, el que fue uno de los mayores prestamistas de Estados Unidos ya es historia.

El pasado viernes, el banco más prestigioso de la industria declaró la quiebra —la mayor en el país desde 2008 y la segunda mayor de la historia— tras verse perjudicado por la subida de los tipos de interés y sufrir una crisis de liquidez que alimentó el pánico de los clientes. Entre sus principales clientes figuraban startups, ejecutivos del sector y más de 2.500 empresas de capital riesgo. El SVB tenía unos 209.000 millones de dólares en activos y 175.400 millones más en depósitos, según Reuters. Sin embargo, un 90% de esos depósitos no estaban asegurados y los que lo estaban solo cubrían hasta 250.000 dólares. Eso podría hacer que su dinero, ahora congelado, termine evaporándose.

Para las entidades financieras, la confianza lo es todo. Sin embargo, cuando el banco evidenció su problema de liquidez el pánico se contagió y los mayores firmas de capital riesgo de EEUU llamaron a retirar el dinero. En tan solo 24 horas, los clientes trataron de sacar hasta un cuarto de los depósitos del SVB, unos 42.000 millones de dólares. El día después, el viernes 10, se prohibieron las transacciones, dejando atrapadas a miles de empresas.

¿Extinción de las startups?

La quiebra del SVB pone en apuros a las pequeñas empresas emergentes, que podrían verse arrastradas al no poder acceder a sus fondos, aunque sea temporalmente. "Los Google Facebook del mañana se extinguirán si no encontramos una solución (...) Es un acontecimiento de nivel de extinción que hará retroceder la innovación 10 años o más", ha vaticinado Garry Tan, presidente y director ejecutivo de Y Combinator, la popular aceleradora de startups que ayudó a alumbrar compañías como AirbnbCoinbaseStripe Twitch. "El 30% de las empresas de capital riesgo expuestas no podrán pagar sus nóminas en los próximos 30 días".

Sin acceso a sus depósitos, a muchas startups les será muy complicado no solo pagar a sus empleados, sino también a sus proveedores. Algunos inversores pueden optar por extender cheques a esas empresas que les permitan seguir adelante, pero otros muchos inversores también tenían su dinero comprometido dentro del SVB.

Aunque es difícil presagiar, las olas sísmicas de la quiebra pueden golpear a empresas de multitud de sectores. Algunas de las ya afectadas son Etsy, de comercio electrónico, el fabricante de dispositivos de 'streaming' Roku, la plataforma de videojuegos Roblox o el conglomerado mediático Vox Media. Todas ellas tienen miles de millones de dólares atrapados en el SVB. Se especula con que ese terremoto sí pueda acentuar la crisis vital que atraviesa el mercado de las criptomonedas.

Desde su fundación en 1983, el SVB ha bombeado financiación a compañías como la multinacional tecnológica Cisco, la empresa de comercio electrónico Shopify o las prolíficas firmas de capital riesgo Andreessen Horowitz (a16z) y Sequoia Capital cuando estas aún iban en pañales. Los expertos apuntan a que los arriesgados préstamos que el banco ofrecía a las startups fueron clave para levantar el ecosistema de innovación en el que se ha convertido Silicon Valley, meca de la industria tecnológica estadounidense. Los bancos no concedían créditos a los jóvenes emprendedores, así que estos acudían al SVB.

La caída del SVB llega en un momento de turbulencias para la industria tecnológica. Tras casi dos décadas de acceso fácil al dinero, la subida de los tipos de interés y la inflación la han llevado a una época de caída de la valoración bursátil, recortes de inversión y de personal. El año pasado se despidieron a más de 161.000 empleados en todo el mundo y en lo que va de 2023 se ha echado a otros 128.000 profesionales. Aún así, no se espera que la quiebra golpee a los pesos pesados del sector. "A las grandes tecnológicas no les importa esto", ha remarcado Tan. "Ya tienen dinero en otro lado".