La economía de la eurozona se enfría. Las nuevas previsiones económicas de otoño, que presentará este viernes la Comisión Europea, confirmarán lo que hace semanas ya avanzaron organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial: una ralentización de la economía que podría terminar en recesión. “Se puede decir que van a confirmar el debilitamiento de la economía así como una elevada inflación”, ha avanzando el vicepresidente del Ejecutivo comunitario, Valdis Dombrovkis, aunque sin adelantar cifras concretas. “Entraremos en detalles el viernes, por supuesto. Está claro por algunos indicadores -nuestro indicador del sentimiento económico- que una contracción es posible, probable” pero “podemos y debemos trabajar para evitar que haya un período prolongado de recesión”, ha explicado el comisario de asuntos económicos, Paolo Gentiloni, tras la reunión mensual del Eurogrupo.

Al igual que Gentiloni, que ha puesto el acento en que la economía todavía crece aunque “no era obvio”, el presidente del Eurogrupo también ha destacado la resistencia del mercado laboral de la eurozona. “Pese a la magnitud sin precedentes de las perturbaciones que nos afectan, la economía de la zona del euro se expandió con fuerza en el primer semestre del año e incluso en el tercer trimestre, el resultado fue más fuerte de lo que muchos esperaban”, ha subrayado. Un crecimiento, sin embargo, muy débil, de un 0,2%, con una inflación que volvió a marcar un nuevo techo máximo del 10,7% en el mes de octubre. 

“Excepto el mercado laboral, (la situación) no apunta bien. El crecimiento fue apenas positivo en el tercer trimestre y los datos apuntan a una probabilidad creciente de recesión a la vuelta del año”, admite un alto cargo europeo que, a corto plazo, ve posible un “crecimiento cero o negativo” debido a una elevada inflación aunque confía en que se modere a medida que empiecen a bajar los precios de la energía. Para hacer frente al encarecimiento de la energía y su impacto, los gobiernos de la Eurozona han adoptado en los últimos meses rebajas de impuestos y paquetes de estímulos por valor, según ha destacado el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, de 200.000 millones de euros lo que complica el objetivo de reducir la inflación y apoyar al mismo tiempo a los hogares vulnerables.

Ayudas sí, pero selectivas

Aún así, los ministros del Eurogrupo y la Comisión Europea lo tienen claro. “Está claro que una expansión fiscal tan fuerte corre el riesgo de aumentar las presiones inflacionistas y no es lo que queremos que ocurra. Necesitamos, colectivamente, garantizar tres cosas: o que las medidas sean fiscalmente asequibles; o que estén dirigidas a los más vulnerables; o que preserven la señal de precios”, ha recordado Gentiloni. Por ello, “no hay que recomendar estímulos fiscales generalizados” sino apostar “por un enfoque más prudente, con medidas de apoyo específicas y temporales”, ha defendido por su parte Dombrovskis sobre un debate que volverá a la mesa de los ministros de la Eurozona dentro de un mes cuando aborden los planes presupuestarios para 2023. El pensamiento entre los expertos de la Eurozona es que mantener medidas permanentes más allá de la primavera, cuando expiran muchas de las iniciativas adoptadas, podría crear riesgos fiscales en el futuro.

Presidente del Eurogrupo

El presidente del Eurogrupo y actual ministro de finanzas irlandés, Pascal Donohoe, también ha aprovechado el encuentro para confirmar su interés por renovar su mandato, que expira a mediados de enero, aunque dejará de ocupar la cartera de finanzas en la reorganización del equipo de gobierno que prepara Dublín para ocupar la de gasto público y reforma. Según ha explicado los países que deseen presentar candidatos tienen de plazo hasta el 24 de noviembre para hacerlo y la elección se realizará en el Eurogrupo del 5 de diciembre. "Tenemos hasta el mes de diciembre para tomar la decisión. Creo que Paschal Donohoe ha hecho un buen trabajo como presidente del Eurogrupo. Hoy se pone en marcha el proceso y no hay que adelantar acontecimiento", ha dicho la vicepresidenta Nadia Calviño que ha anunciado que espera presentar la solicitud del tercer pago del plan de recuperación en breve.

Toque de París y Berlín

París y Berlín también ha aprovechado la reunión de ministros de economía y finanzas de la Eurozona para alertar de la ley de reducción de la inflación de EEUU que, según el ministro francés Bruno Le Maire, podría generar distorsiones a la competencia. “El hecho de que el Gobierno de Estados Unidos tenga la posibilidad de dar subsidios masivos a empresas que están en territorio estadounidense es una cuestión de profunda preocupación para el gobierno francés”, ha avisado alertando de una doble presión: la política de subsidios y el hecho de que los precios de la energía son mucho más caros en el continente europeo que al otro lado del Atlántico. “Este doble efecto podría ser detrimento para la industria europea y por eso queremos que haya una advertencia, para buscar una solución sobre la base del diálogo”, ha reivindicado.

 

El mismo temor ha expresado su colega alemán Christian Lindner que ha admitido la preocupación que existe en Berlín. En su opinión, la Administración de Joe Biden debería ser consciente de las consecuencias que la ley tendrá para el mercado interior europeo. "Podemos evitar los errores realizados durante las negociaciones del TTIP (el fallido acuerdo trasatlántico de comercio e inversiones) pero en una situación de tensiones sería bueno que Estados Unidos y la Unión Europea encuentren terreno común”, ha añadido sobre un plan estadounidense que está siendo abordado por el grupo de alto nivel creado entre ambos bloques este año.