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Problemas de la industria

La cogeneración cerámica no remonta a pesar de quedar incluida en el tope del gas

El sector espera las retribuciones desde hace dos años y avisa de medidas legales

Las plantas de cogeneración cerámica permiten producir electricidad aprovechando el gas utilizado en los hornos. Gabriel Utiel Blanco.

Las plantas de cogeneración con que cuenta el sector cerámico de Castellón siguen sin remontar el vuelo, a pesar de que desde el pasado 1 de octubre pueden optar a las supuestas ventajas del mecanismo de topado para el gas natural con el que aportan electricidad a la red, aprovechando el ciclo de cocción en sus hornos. La razón estriba en que la referencia que usa el Gobierno para calcular este tope, el índice Mibgas, ha descendido su cotización en los últimos días. Si el precio baja de los 40 euros, no se activa el mecanismo. Algo que ya ha ocurrido algunos días.

Según señalaron desde la patronal cerámicaAscer, el problema viene porque el gas que consume la cerámica no está vinculado al Migbas, sino a otro índice, el TTF de los Países Bajos, que es el más utilizado por la industria y es mucho más caro. Ronda los 100 euros por megavatio hora. La mayoría de fábricas adoptaron el TTF porque en el pasado era más barato, y ahora romper los contratos con los suministradores para cambiarse al Mibgas supondría pagar unas elevadas indemnizaciones. 

El director general de la Asociación Española de Cogeneración (Acogen), Javier Rodríguez, corrobora que por las condiciones del mecanismo, "al estar por debajo del precio del topado, no paga nada a las industrias". 

Dudas

Tras la insistencia de la cerámica y el conjunto de la industria gasintensiva del país, el Gobierno aceptó que la cogeneración tuviera ingresos por el topado del gas, como ya ocurría con las plantas de ciclo combinado. Aunque siempre y cuando ese gas se destine para la generación de electricidad --a lo que se dedican estas plantas-- y no a cocer baldosas en los hornos, que no cuentan con ningún freno a unos precios del gas que en marzo del 2021 eran de 20 euros, y en agosto llegaron a superar los 300. Por tanto, los costes siguen siendo muy elevados, y por eso hay plantas de cogeneración cerámica que siguen paradas.

Según la patronal cerámica, Ascer, la mayoría del sector optó por el topado a principios de mes, y ahora hay dudas sobre lo que hacer el mes que viene. "Estamos en un callejón sin salida", comenta Rodríguez, de modo que la industria "no arranca" por los costes energéticos y la pérdida de competitividad. En septiembre, la cogeneración a nivel nacional cayó el 70% respecto al mismo periodo del 2021. Con la entrada del tope del gas la brecha se redujo, pero ahora ya vuelve a alcanzar el 50% de merma en la producción.

Desde Acogen no saben qué puede ocurrir en el futuro, pero sí recuerdan que esta incertidumbre no se daría si el Gobierno actualizara el sistema de retribuciones a los cogeneradores, lo que no ocurre desde hace dos años. Además, el Gobierno prevé recortar en 110 millones a la cogeneración nacional por los cálculos definitivos de la segunda mitad del 2020 y el 2021. Un nuevo hachazo, en medio de tambores de acciones legales contra la actuación del Ministerio de Transición Ecológica. 

La industria sigue a merced de una gran especulación

Cuando la cerámica española, y también la italiana, apostó por el TTF, los costes eran razonables y tenían unas elevadas garantías de suministro. Ahora parece lógico pasarse al Mibgas, pero nadie puede anticipar si esta diferencia de precios se mantendrá.

Existen otros factores para comprender el problema de la cerámica con el gas. El mercado del TTF está expuesto a una elevada especulación. La mayor parte del gas que viene a España es a través de barcos metaneros, y no cuesta más de 70 euros de media. En cambio, el TTF no baja de los 100 y alcanzó los 300. Una notable diferencia que azota al sector.

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