Ciclismo

Roglic revoluciona el ciclismo

El corredor esloveno de 33 años deja el Jumbo, en fase de absorción por el Soudal, y ficha por el conjunto alemán del Bora.

El corredor esloveno de 33 años deja el Jumbo, en fase de absorción por el Soudal, y ficha por el conjunto alemán del Bora.

El corredor esloveno de 33 años deja el Jumbo, en fase de absorción por el Soudal, y ficha por el conjunto alemán del Bora. / LA VUELTA

Sergi López-Egea

Primoz Roglic se queda en la cocina del ciclismo. De promocionar a Jumbo, una de las cadenas de supermercados más importante de los Países Bajos, pasará a ‘vender’ extractores, los que fabrica la marca alemana Bora, de los más caros e innovadores, los que aspiran hacia abajo, aunque con el objetivo de convertir a su nueva escuadra, hasta ahora liderada principalmente por el corredor australiano Jai Hindley, ganador del Giro 2022, en una de las más punteras del universo ciclista.

Cierra así una etapa con el Jumbo que comenzó en 2016 como precursor y artífice del primer equipo de la historia en ganar un mismo año las tres grandes y para dar paso, sobre todo, a Jonas Vingegaard. Una relación, que parecía de amor y entrega hacia el conjunto neerlandés, pero que decidió poner punto final la noche del 13 de septiembre en un hotel de Oviedo, cuando admitió por disciplina hacia su equipo respetar el liderato de Sepp Kuss y permitir a su gregario ganar la Vuelta con todavía dos etapas con suficiente terreno para poner la prueba patas arriba.

Objetivo sin cumplir

Roglic nunca dijo una palabra de más, ni después de entregar la ronda española en bandeja a su ayudante estadounidense, ni antes, en julio, cuando Vingegaard comunicó que iba a correr una Vuelta que Roglic preparaba a conciencia desde que en mayo ganó el Giro. Por la Vuelta había sacrificado su presencia en el Tour (aunque habría participado como segunda apuesta del Jumbo tras Vingegaard) con el objetivo de adjudidcarse en 2023 todas las carreras por etapas en las que había participado: Tirreno-Adriático, Volta, Giro y Burgos, que también existe.

Con tres triunfos en la ronda española y uno en la italiana, Roglic quiere ganar el Tour, el que perdió el penúltimo día de 2020 ante su compatriota Tadej Pogacar. La idea de dejar el Jumbo se fue tejiendo mientras escuchaba en la Vuelta los cantos de sirena de otras escuadras, que intuían la victoria de Kuss, y sabedor de que si fallaba el estadounidense antes estaba la candidatura de Vingegaard.

Por si fuera poco, mientras ya había decidido irse del equipo, mientras se hacía público que la cadena de supermercados neerlandesa quería dejar el ciclismo lo más rápido posible con los objetivos publicitarios cubiertos, se conoció la decisión del Soudal. El equipo de Remco Evenepoel quería patrocinar al Jumbo, lo que, contrariamente a lo difundido por varias webs, no es la formación de un macro equipo de ensueño, sino la desaparición de uno, con ciclistas y auxiliares a la calle, por un cambio de estrategia de la marca belga de pegamentos industriales para relevar al supermercado de los Países Bajos.

Nada con Evenepoel

Roglic no quiso saber nada de compartir equipo con Evenepoel, mucho antes de que el fenómeno flamenco dijera que ni hablar del peluquín que, si desaparecía el Soudal actual, él se iba al Ineos, donde tiene firmado un precontrato. Ni por asombro Evenepoel correría junto a Vingegaard y sobre todo con Wout van Aert (es el domingo el principal favorito a ganar la segunda edición del Mundial de gravel). Los dos astros belgas comparten odio en vez de cariño.

Así que con 33 años llegó a un acuerdo con el Jumbo para romper el contrato que tenía firmado hasta 2025 y se puso en el mercado. El Bora, con mejor pulmón que otros conjuntos de la competencia, lo contrató por tres temporadas. El equipo alemán, perfecto en cuanto a potencial de gregarios, necesitaba, aparte de Hindley, a un líder para el Tour, tras los constantes fallos del ruso Aleksandr Vlasov y después de comprobar que el colombiano Sergio Higuita valía para carreras de una semana (ganó la Volta 2022) pero no para tres.