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Tenis

Amor eterno a Nadal en Roland Garros

Tras unos inicios complicados, el mallorquín se ha ganado el apoyo del público francés, entregado como nunca antes en su partido ante Djokovic

Nadal se despide emocionado del público francés tras eliminar a Djokovic. MOHAMMED BADRA

 Con hasta cuatro veces “gracias” se despidió Nadal a la una y media de la madrugada, sobre la pista de la Philippe Chatrier, de un público francés que, ahora sí, le adora y respeta. Ha costado, pero la afición se ha rendido a la trayectoria de un tenista ejemplar, el mejor que ha pasado y pasará por las instalaciones del Bois de Boulogne. “Solo puedo decir ‘gracias’ a toda la grada. Sabéis lo especial que es para mí este torneo, el más importante de mi carrera, y lo que he sentido hoy es increíble”, dijo emocionado, consciente de la importancia del apoyo que le llegó desde la grada.

Ya son unos cuantos los años que la historia de la relación entre Nadal y la afición parisina ha cambiado. Y lo ha hecho de forma radical. Cuando el manacorí irrumpió a sus 19 años recién cumplidos en la final de 2005, contra el argentino Mariano Puerta, el público francés ya estaba harto del dominio español en el grande de tierra. A Nadal le precedieron Carlos Moyá, Juan Carlos Ferrero, Albert Costa y, antes, Sergi Bruguera por dos veces en el inicio de la década de los noventa del siglo pasado. Además, se juntaba que, desde 1983, cuando se impuso Yannick Noah, ningún francés ha levantado la copa de los mosqueteros. Hasta hoy.

Los primeros años de Nadal fueron complicados. El suizo Roger Federer, el señor de las pistas, le faltaba Roland Garros a sus 25 años para completar los cuatro grandes. Y la afición francesa, enamorada de la elegancia del suizo en la pista, se decantó de su lado año a año. Al mallorquín solo le quedaba responder en la pista. Sus victorias ante el helvético en las semifinales de 2005 y en las finales de 2006, 2007, 2008 y 2011 acentuaron la inquina hacia el tenista mallorquín. Pero cuando el suizo dejó de ser un habitual de las rondas finales, el público se rindió a la evidencia al ver cómo Nadal ganaba un año tras otro. Era el mejor, y negarlo parecía del todo estúpido.

La ausencia de ‘feeling’ se acentuó tras las críticas de Toni Nadal, por entonces entrenador de su sobrino, tras perder por primera vez en Roland Garros el 31 de mayo de 2009 ante el sueco Robin Soderling, al público parisino, al que calificó de “bastante estúpido” por aplaudir los errores de su jugador. “Basar la felicidad en la derrota de otro me parece una mala filosofía”, afirmó después para justificar sus recriminaciones al público francés.

En la pista no solo pudo sentir Nadal el respaldo de público, rendido a su entrega, a su actitud, pero sobre todo a la historia, sino cómo arremetía contra Djokovic. El momento álgido se produjo cuando el tenista de Belgrado cedió el servicio nada más empezar la tercera manga en una volea que se se le quedó corta. Tras resoplar y comprobar que se repetía el guion del primer parcial, con pérdida de su servicio en el primer juego, propinó un raquetazo a la red. Un sonoro ¡buuuuuuuuhhhh! salió de la boca de la gran mayoría de los 14.800 espectadores que llenaban las gradas de la central parisina. Los pitos siempre son un arma de doble filo para Djokovic, capaz de descentrarse o, por el contrario, envalentonarse y convirtiéndose en un jugador todavía más temible de lo que es.

Cuando Nadal irrumpió en el torneo con 19 años recién cumplidos, el público francés apoyaba incondicionalmente a Federer, a quien solo le faltaba Roland Garros entre los grandes

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En el cuarto y definitivo set volvió a comprobar, por si no le había quedado suficientemente claro, que el público estaba con Nadal. Cuando este empezó, desde el 5-2 adverso, la remontada que le llevaría a la conquista del partido y su pase a semifinales, cada punto era un soplo monumental para el mallorquín y un tormento para el de Belgrado. Nadal lo agradeció tras el partido: “Esta pista es especial para mí, tiene algo único y en el día que más lo he necesitado he conseguido sacar un nivel que aparentemente no tenía hace poco”, afirmó. Tampoco ocultó su emoción por el apoyo del público. “Aprecia la historia. Saben que para mí es el torneo más importante de mi carrera y que en todos estos años he tenido un comportamiento adecuado en todos los sentidos, a nivel de lucha, y he tenido pocas quejas. Aprecian el esfuerzo que llevo todos estos años de dejar todo aquí. Para mí significa mucho, es muy emocionante”. “Creo que saben que no estaré ahí por mucho tiempo. Su apoyo es muy difícil de describir y no se lo puedo agradecer lo suficiente”, sentenció.

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