Copa del Rey
El Madrid no da opción al Tenerife en la semifinal
El dominio interior de Tavares y los 14 triples anotados aseguran una victoria muy cómoda a los blancos (94-74)
![Tavares lanza a canasta rodeado de jugadores tinerfeños en el partido semifinal.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/0da7a080-ec3c-4f1d-a9b9-4063ae8b7556_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Tavares lanza a canasta rodeado de jugadores tinerfeños en el partido semifinal.
Luis Mendiola
No dejó el Madrid el más mínimo margen a la sorpresa y se ganó el billete para la final de Copa por noveno año consecutivo con claridad. Lenovo Tenerife lo intentó, pero su arsenal es mucho más limitado que el equipo de Laso, que anotó 10 de sus 14 triples finales en los primeros 20 minutos para abrir una brecha más que confortable al descanso, que solo hizo que ensancharse en la segunda mitad (94-74).
Apareció de entrada Taylor, con tres triples sin fallo en el primer cuarto. Se sumó Thompkins, con nueve puntos consecutivos en el segundo. Y antes de descanso, Rudy Fernández se añadió a la fiesta, multiplicando las vías de agua para el Tenerife, que ya se las veía y deseaba para reducir el impacto de Tavares. El alero mallorquín, con problemas físicos antes de llegar a Granada, acabó sintiéndose a gusto y dejando minutos de calidad.
Laso se marcó una pequeña revolución dejando fuera de la convocatoria a uno de sus bases, Williams-Goss, que no acaba de encontrar la continuidad en los sistemas blancos, para dar entrada a Deck, ya recuperado. Y también prescindió de Heurtel en el quinteto titular, para dejar la dirección de forma colegiada en Causeur y Abalde. La jugada no le salió mal y Heurtel entró con el guion del partido escrito.
Monólogo blanco
Huertas, con problemas físicos en cuartos de final, intentó tirar de los suyos. Pero con el liderazgo del base brasileño y el trabajo interior de Shermadini no le llegó al equipo tinerfeño, que echó de menos un mayor protagonismo de Wiltjer y Doornejkamp para abrir el campo.
La segunda parte fue, poco menos que un monólogo para el equipo madridista, con Edy Tavares convertido en un fuerza imparable dentro de la zona, aunque Poirier le dio bastantes minutos de descanso. El equipo blanco entró en el último periodo con 18 puntos de margen (73-55) y la certeza de que la batalla se había resuelto de forma anticipada. Eso permitió a Madrid encarar el tramo final con el freno de mano puesto, le dio la opción a Heurtel a reforzar su confianza, a y Laso a centrarse más en las rotaciones que en el juego, reservando energías para la batalla final que le aguarda este domingo.
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