Como es habitual cuando finaliza o queda eliminado de un torneo, Rafa Nadal ha encontrado desde hace tiempo la fórmula para alejarse momentáneamente del tenis, regresar a su casa, en Porto Cristo, para estar con los suyos. Y esta vez no ha sido una excepción. Tras quedar eliminado el pasado viernes en los cuartos de final del Mutua Open de Madrid, ante el alemán Alexander Zverev, el tenista mallorquín emprendió vuelo hacia Palma en compañía de sus padres, Sebastià y Aina Maria, y su hermana Maria Isabel, presentes en el Masters 1.000 madrileño.

En su cuenta de Instagram, se ve a Nadal a punto de pegarse un chapuzón en aguas de Porto Cristo, horas antes de volar hacia Roma, el próximo lunes, para participar en el último Masters 1.000 sobre tierra de la temporada, el torneo de Roma, donde buscará su décimo título. El año pasado cayó en los cuartos de final ante el argentino Diego Schwartzman y ahora busca recuperar sensaciones de cara al gran objetivo de la temporada, Roland Garros, que comienza el próximo 30 de mayo y donde buscará su decimocuarto título en París y el 21 Grand Slam, que le dejaría en solitario como el tenista con más títulos grandes de la historia.

La trayectoria de Nadal en la temporada de tierra es irregular. Cayó en cuartos de final de Montecarlo y Madrid y se impuso en el trofeo Conde de Godó al derrotar en la final al griego Stefanos Tsitsipas, que llegaba a Barcelona como vencedor en el torneo monegasco.