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Real Mallorca: una lección para el play-off

El Mallorca está obligado a no repetir los errores groseros en defensa y la falta de intensidad y pegada mostrada en la derrota ante el virtualmente descendido Nàstic para ser competitivo en este decisivo tramo final de temporada

Real Mallorca: una lección para el play-offlof

El mazazo que supuso la derrota del Mallorca en Tarragona tiene más lecturas que la gran oportunidad perdida de sumar tres puntos ante el colista Nàstic (2-1). Es toda una lección de lo que no se puede repetir en este tramo final del campeonato, sobre todo de cara al hipotético play-off de ascenso a Primera División. Los bermellones estuvieron desconocidos justo cuando menos señales habían dado de que eso se podía producir. Porque llegaron al Nou Estadi después de tres victorias consecutivas -Rayo Majadahonda (2-0), Málaga (0-1) y Sporting (2-1)- con la ilusión por las nubes y con una ambición que incluso invitaba a mirar el ascenso directo.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El duelo frente a un rival virtualmente descendido a Segunda B es un aviso de que no se puede quitar el pie del acelerador. Ni ante el farolillo rojo de la competición. El Mallorca estuvo falto de intensidad durante la mayor parte de los noventa minutos, sin profundidad en su juego, con numerosas imprecisiones en el pase en tres cuartos de campo y con errores groseros en defensa. Y sin la pegada de otras ocasiones.

Solo es un partido, cierto, pero suena a pecado que eso suceda justo cuando el adversario solo se juega su honor. De hecho, los jugadores bermellones llegaron tarde a los duelos individuales. "Partido para olvidar, corregir y seguir más fuertes que nunca", escribió Salva Sevilla ayer en su cuenta de Twitter. Uno de los líderes del vestuario es consciente de que estuvieron muy lejos de su mejor versión, más allá de que el equipo baje sustancialmente su rendimiento como visitante respecto a cuando juega en Son Moix.

A estas alturas no se puede dudar de la falta de actitud de una plantilla que no ha bajado de la novena posición en toda la Liga, algo muy meritorio teniendo en cuenta que es un recién ascendido, pero el encuentro ante el Nàstic dejó la sensación de que el Mallorca no se jugaba la vida. Y esto es lo que más rabia da al mallorquinismo, que quedó muy decepcionado por esta derrota y que debe centrarse en que el equipo quede lo más arriba posible en la tabla para tener más ventaja en el play-off. Quedan cuatro encuentros, ante el Almería y Granada en casa y visitar los feudos del Deportivo y Extremadura. Toca certificar lo antes posible el billete para la promoción y tener claro que lo del sábado fue un accidente. Un mal partido en el play-off, con toda la presión posible, puede ser definitivo. Mejor que eso no suceda.

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