"No me he quedado con ganas de nada en la natación sincronizada. Desde siempre he pensado que todo lo que he conseguido ya era más de lo que nunca me hubiera imaginado, no sé si es que no soy del todo ambiciosa, pero tengo que estar contenta con lo que he hecho", decía orgullosa Marga Crespí en el multitudinario acto de despedida que organizó ayer en el Hotel Valparaíso de Palma.

La mallorquina, bronce olímpico en Londres 2012 y con una decena de metales entre mundiales y europeos en el cuello, explicó los motivos que le han llevado a abandonar el deporte de su vida. "Me desmotivé tras los Juegos y pasé un año muy duro. Después de la operación de cadera tuve más tiempo para mí y empecé a ver lo bien que se estaba con más tiempo libre y la verdad es que me costó arrancar en los entrenamientos", dijo en un salón Formentor que se quedó pequeño en una comparecencia presentada por el campeón paralímpico Xavi Torres. No solo estuvo arropada por sus padres, sino por el presidente de la Federación Española, Fernando Carpena; la seleccionadora española, Esther Jaumà; el director general d´Esports Javier Morente; el teniente de alcalde del Ajuntament de Palma, Fernando Gilet y el presidente de la Balear, Raúl García.

Y, más allá de la presencia de algunas de las chicas del Club Mediterránea de Palma, llamaba la atención que entre el público figurara su excompañera Andrea Fuentes, así como también las campeonas del mundo mallorquinas Elena Gómez -gimnasia- y Brigitte Yagüe -taekwondo-. Crespí, que dejó claro que está plenamente recuperada de su lesión, pronunció un discurso de ocho minutos en el que la emoción le obligó a detenerse en algún momento. "Es que son muchos momentos vividos", se justificaba con los ojos llorosos. Crespí va a cambiar radicalmente de vida, aunque sin dejar la piscina. "He decidido aceptar una oferta para trabajar en el Circo del Sol. He pensado esta decisión mucho tiempo, tenía que ver si la balanza compensaba o no, y con el tiempo sí lo compensaba. He firmado un contrato por el que estaré ocho semanas en Montreal para aprender la coreografía para después irme a Las Vegas a trabajar. Es un espectáculo con agua, con mucha gente, en el que otras chicas de sincronizada, algunas olímpicas, ya han trabajado. Me salió esta oportunidad, yo no la busqué", expresó antes de concretar más su respuesta. "Me enteré por un contacto que buscaban nadadoras, al principio me costó pensar que sí lo quería, pero a veces si dejas pasar las oportunidades te marcan una vida u otra. Sabía que esto era una salida", señaló visiblemente ilusionada. Además, se apresuró a dejar claro que la decisión de no ser la elegida para el dúo en el pasado Europeo de Roma no tuvo nada que ver. "No me ha afectado para esta decisión", precisó.

Eso sí, no se cierra a la posibilidad de volver a la competición después de esta experiencia profesional. "La Federación quiso que me quedara y me han dejado las puertas abiertas. No quiero cerrarlas porque la vida da muchas vueltas y quizá lo echaré de menos, por eso no quiero decir adiós", afirmó.

Crespí, de 25 años, esbozó una enorme sonrisa cuando le preguntaron por el balance de estos años al más alto nivel. "Me vienen muchos momentos de golpe, los resultados deportivos como conseguir cinco medallas en un mundial o una medalla olímpica, pero me quedo con el día a día y el recuerdo del equipo. Al final eso es lo que te forma como persona y te hace crecer y aprender de los demás", indicó. "Y lo he pasado con compañeras, casi hermanas. Lo que más echaré de menos es la gente que ha pasado por esta etapa", agregó. La palmesana enumeró los éxitos deportivos que más le han marcado: "La primera medalla que gané con 18 años en el Mundial de Roma porque era el primero y no me creía que estaba ahí. La de Londres porque era una olimpiada y es una experiencia única. Y el bronce del dúo en el Mundial de Barcelona en 2013 -conquistó cinco metales- porque era una prueba que no sabía que podría haber llegado a nadar".

Crespí casi se quedó sin palabras, por timidez, cuando fue interpelada sobre cómo le gustaría que se la recordara. "Pues como una persona que ha luchado por este deporte del que me enamoré cuando tenía seis años, en el que siempre he tratado de conseguir lo máximo, pero que tamién tiene más sueños. Soy una luchadora y lo he demostrado", concluyó antes de recibir una gran ovación de los presentes. Se lo merece.