El Atlético Baleares vuelve a reinar tras alcanzar ayer el liderato al ganar al Espanyol B y aprovecharse de la derrota del Llagostera en Tarragona con el Nàstic. Sin embargo fue una victoria sufrida, en momentos angustiosa, porque el gol de los filiales pudo llegar en toda la segunda mitad del partido. Y es que los de Nico López, técnico del equipo mallorquín, pagaron en los últimos cuarenta y cinco minutos el no haber resuelto el partido en la primera mitad.

Una primera parte en la que se jugó bien, incluso por momentos los jugadores locales se recrearon en el juego. Se crearon ocasiones claras de gol, pero no hubo acierto a la hora de materializarlas.

Antes de cumplirse los diez minutos de juego ya Del Castillo la tuvo y un minuto después un disparo de Capó lo mandó a córner el portero catalán. Mamadou pudo replicar en un despiste de la defensa local y que Xavi se vio en dificultades para resolver.

Thiago apareció en un disparo que rozó el palo derecho para seguidamente otra jugada del mismo brasileño la culminó Xisco con un balonazo que rebotó en el palo derecho de Pau.

El gol blanquiazul se anunciaba y llegó a la media hora en otra buena jugada por la banda derecha, la más buscada por los de Nico López. Fue de nuevo un entendimiento entre Xisco y Thiago, que culminó éste con un disparo cruzado.

Con la desventaja en el marcador los de Sergio González despertaron del sopor en que habían convertido su juego. Buscaron con más ahínco la meta local.

Pero fue en la segunda mitad cuando todo cambió. Las entradas de Borja y Puerto en las filas visitantes le dio otro aire al equipo catalán. Se adueñaron del balón y pisaron con asiduidad la parcela blanquiazul. Las llegadas eran constantes pero las ocasiones para mover el marcador fueron escasas.

Los de Nico López buscaron el contragolpe pero fue Xisco cuando en el último segundo del encuentro y con el Espanyol B en campo local, se adueñó de un balón perdido para cerrar el partido.