No me lo creo, no me lo creo", se repetía una aficionada rojilla en las gradas del Iberostar Estadio cuando finalizó la primera parte. Acababa de asistir a un expectáculo que el mallorquinismo todavía sigue saboreando tras la remontada el martes de su equipo a la Real Sociedad y que le deja en los cuartos de la Copa del Rey (6-1). Lo decía principalmente por los seis minutos mágicos que vivió y que entran con todos los honores en los libros de historia del club en sus más de noventa y cinco años de vida.

??Fueron trescientos sesenta segundos locos, de los que valen la pena de verdad para una afición poco acostumbrada a gozar de cuatro tantos en tan poco tiempo y que dejaban atrás el mazazo que había supuesto el cabezazo de Ifrán al fondo de la red en el minuto 18. El Mallorca estaba obligado a marcar cuatro goles para darle la vuelta a la eliminatoria después del 2-0 en Anoeta. Era el más difícil todavía, sobre todo porque hacía más de un año que no alcanzaba esta cifra en un solo encuentro. Los 6.950 espectadores silbaban contrariados por la falta de garra que exhibían los jugadores. Se sentían engañados porque se habían desplazado a Son Moix porque confiaban en presenciar una gesta. Los abucheos –de un sector de la grada– cesaron pronto. Les dieron motivos para hacerlo.

m. 35

1-1 Castro envía el balón a la escuadra de falta directa.

No todos los futbolistas celebraron el sensacional tanto del ´Chori´, conscientes de que la cuesta estaba muy empinada. Sin embargo, solo por orgullo y profesionalidad, había que seguir apretando, como tanto le gusta decir al técnico Caparrós.

m. 36

Hemed marca desde 30 metros en su primer gol de jugada.

Nadie imaginaba que sería una noche en la que sucederían cosas extraordinarias. Hemed, muy discutido porque no había marcado ningún tanto de jugada desde que es bermellón –solo cinco de penalti– se sacó de la manga un gol para el recuerdo. Cogió el balón en el centro del campo, se marchó por velocidad de sus rivales y soltó un violento disparo desde la frontal del área que se coló al fondo de las mallas de Zubikarai.

m. 38

Calatayud exhibe unos decisivos reflejos ante Xabi Prieto.

Las ganas de remontada se podrían haber ido al traste si Calatayud no hubiera demostrado sus reflejos. De hecho, a buen seguro que muchos bermellones le recordarán en el futuro por esta brillante acción, al menos por ahora. Xabi Prieto, la estrella de los vascos, se plantó solo ante el malacitano tras dejar atrás a la defensa local, pero su tiro fue despejado por el actual suplente de Aouate. Una parada tan soberbia como providencial, porque si hubiera marcado el jarro de agua fría podría haber sido decisivo porque les hubiera obligado a marcar tres más.

m. 39

Nunes cabecea a placer tras un córner lanzado por Martí.

Y cuando todavía la hinchada suspiraba aliviada por el susto del remate de la Real Sociedad, apareció Nunes. El central, que se ha pasado más de tres meses alejado del césped tras lesionarse en agosto, evidenció que no se ha olvidado marcar goles. Cabeceó a placer un córner servido por Martí y dejó en bandeja una hazaña que por fin parecía posible. Los silbidos de solo cuatro minutos atrás se habían reconvertido en gritos de ilusión. Solo faltaba un gol para que la utopía dejara de serlo. Y llegó de la forma más inesperada.

m. 41

Castro saca los colores a un desesperado Zubikarai.

Castro demostró su pillería en una acción que ya ha dado la vuelta al panorama de fútbol nacional. El meta de los vascos, tan desafortunado como inocente, dejó el balón sobre el césped sin percatarse de que el uruguayo estaba justo detrás. Fue el único de todo el estadio que no se dio cuenta de que el ´Chori´ iba a robarle el balón y, con un sutil toque, llevar el éxtasis al Mallorca. Lo nunca visto, toda una locura que quedará siempre en la retina de los rojillos. Se habían convertido en héroes. Y eso que solo fueron seis minutos.