Del Potro no ha podido sacar a Nadal los calzones del orto. Solo los número uno pueden hacer declaraciones comprometidas sin tener que comerse sus palabras. Del Potro está lejos de ellos. Ayer, el irregular Feliciano López se vistió de España, con bandera al pecho y muñequera y le llevó a la enfermería: esa curiosa norma que dejan que en tres minutos te cuiden los médicos no se si de las reales dolencias o como primera excusa de impotencia. El problema es que la jornada ha sido irregular. El posible punto lo perdió David Ferrer y el empate lo dio Feliciano, lo inesperado. Y sin Nadal ya se sabe: sin calzones no hay paraíso.