Grande lo pidió y sus pupilos le hacen caso. De momento. "Me conformaría con que al final de la primera vuelta tuviéramos entre veintiséis y veintinueve puntos". Son palabras del presidente del Mallorca del pasado 12 de noviembre. En aquel momento el equipo contaba con dieciséis puntos, pero la victoria en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla (1-2) y el empate del domingo frente al Murcia (1-1) han dejado al grupo que dirige Manzano en veinte. Una cifra que hubieran firmado los rojillos antes de iniciar el curso, después de las penurias pasadas en los últimos cursos.

De hecho, es el mejor inicio de las últimas cuatro temporadas. Desde que regresaron los rojillos a Primera, hace ya once campañas, sólo Cúper, Aragonés y el propio Manzano han superado estos números. En el ejercicio 1998/99, el Mallorca era líder con 28 puntos en esta misma decimocuarta jornada. Aventajaba en tres puntos al segundo, que era el Celta de Vigo. En la 2002/03, con el actual técnico, los bermellones contaban con veintitrés puntos en una temporada que finalizó con la consecución de la Copa del Rey. Y en la 2000/01, los isleños acumulaban veintidós en un once dirigido por el ahora seleccionador nacional.

Por ello, Grande pide a sus jugadores que hagan un esfuerzo. Un síntoma inequívoco de que las aspiraciones son muy altas. Y las exigencias, también. Ahora sólo falta que la dinámica se mantenga hasta el próximo 13 de enero, fecha en la que se medirán al Zaragoza en el cierre de este periodo. Está a seis puntos, como mínimo, del deseo del máximo accionista. Son cinco partidos, el margen suficiente como para que se alcance la marca que quieren. Eso sí, los rivales no son de los que hacen levantar las expectativas de éxito pleno. Más bien todo lo contrario. El Racing de Santander es el equipo revelación de este curso y sueña con meterse en Europa. La baja de Zigic no se ha notado y ha mejorado mucho respecto a la pasada campaña.

El Athletic de Bilbao, que visitará el Ono Estadi, goleó el domingo al Valencia en Mestalla (0-3) en un ejemplo de que fuera es peligroso. Osasuna en su Reyno de Navarra, en el último duelo de 2007, el todopoderoso Barcelona en casa, como regalo de Reyes, y la visita a La Romareda calibrarán el estado de un equipo que no renuncia a nada. Ya lo ha demostrado con creces.