Ya lo escribimos, ganar en Hamburgo pudo ser contraproducente para Federer. Ayer perdió el posiblemente último tren para ganar los cuatro grandes en un año. Nadal ha demostrado que es muy superior en tierra a cinco sets pero además hay un grupo de jugadores que, en polvo de arcilla, están a su nivel.

Cuando Federer tenía aprendido que todas las bolas le llegaban a su revés, el mallorquín cambió para hacerle sufrir con su derecha. Al suizo le pesaba hasta la tierra de sus zapatillas. Nadal con dos sets arriba sabía que no podía perder y se limitó a hacer probaturas. Ganarle a Federer jugándole a su derecha lo puede hacer un genio. Nadal lo ha hecho.

El mallorquín sale muy reforzado de la temporada grande de tierra. Es su mejor temporada. No ha perdido puntos, y defendía muchos. Incluso ha ganado jugando en Hamburgo. Si Federer se relaja, y puede ocurrir tras la derrota en París, el último reto que más desea, pueden llegar los problemas. La motivación de ser el indiscutible número uno puede bajar y aunque la diferencia de puntos es grande, Nadal tiene que estar cerca.

El manacorí tiene una de las cabezas más claras del circuito. Hasta en la hora de dar las gracias. Porque mira que uno se puede callar cosas y sin embargo dio las gracias al público francés que no se merece ni el saludo. A lo mejor cuando dijo que el año próximo volvería sabiendo francés era para enviarlos a la "mierda", pero en francés. No hace mucho cacarearon que se dopaba y su calidad con tres títulos no se la reconocen.