Carlos Moyá, en la apertura del día en la pista Suzanne Lenglen -la segunda en importancia del complejo de Roland Garros-, tendrá un partido que en otras épocas quizás no generaba titulares, pero que esta vez es fundamental. "No es habitual para mí enfrentarme a jugadores mayores que yo", dijo sonriente Moyá, de 30 años, de cara al choque con Bjorkman, de 35. Desde hace un par de temporadas la vida de Moyá en el circuito es otra, consiste en enfrentarse casi siempre a jugadores mucho más jóvenes que él. Especialista en superficies veloces, Bjorkman está sorprendiendo en París. Número 56 del ranking mundial, el sueco batió al mallorquín cuatro de las ocho veces que se enfrentaron.