Sirvió una jugada de Tuzzio y un fallo en la zaga bermellona para que el público se diese cuenta de quién figuraba en el centro de la defensa del Mallorca. De nombre, Eduardo; de apellido, Tuzzio.

El central argentino que Cúper quiso y rescató del célebre River Plate demostró ayer en sus primeros minutos con la camiseta roja de lo que será capaz si las lesiones se lo permiten. Orden y mando son sus credenciales, pero además controla el balón y se atreve a dar juego. La experiencia a sus 31 años deben confirmarse en futuros encuentros, aunque la primera impresión fue positiva.

Tuzzio bloqueó junto a Iuliano el juego del Racing en ataque. Éste fue escaso, pero lo poco que se concibió se perturbó por los robos de balón del argentino. En la segunda parte Antoñito estuvo más veces acompañado por Iualiano, pero durante gran parte del partido su pesadilla fue Tuzzio. Los dos disparos a puerta del ex del Sevilla fueron indefensos.