El pasado mes de marzo hizo un primer intento. Bartolomé Cursach sólo se desprendía de los seis millones de euros (40'80 por cien) que poseía, una cantidad que no podía asumir José Miguel García, presidente y propietario de la promotora inmobiliaria Garbal. Después de que el máximo accionista de la entidad tomara hace apenas diez días la decisión de desprenderse de sus títulos y el resto del Consejo de Administración absorbiera ese paquete y los redistribuyera entre sus miembros, García tuvo la puerta de entrada abierta para adquirir una porción.

Tras la marcha de Cursach y sus allegados, su hija Sonia, Joan Tolo Seguí y Mateu Palmer, el máximo órgano rector tendrá caras nuevas, entre ellas la de este promotor inmobiliario, 'alumno' de Vicenç Grande (Construcciones Drac), que ya desembarcó en el Consejo hace un año y ahora, con este reparto de acciones, atesora el 20 por cien. La misma porción que el Grupo Zeta, que pasan a ser los dos máximos accionistas de la entidad.

- ¿Sabe usted dónde se mete?

- Yo creo que sí. Era un poco una obligación como mallorquinista, quizá más bien un compromiso, un objetivo que nos habíamos marcado porque creemos que el negocio del fútbol es un negocio como cualquiera otro. Y que algún día puede dar sus frutos.

- ¿Tiene carnet de socio?

- Hace bastante tiempo, sobre todo desde este último año. Me lo tomé más en serio, quizá estaba más involucrado.

¿Cuáles han sido sus motivaciones personales?

- Considero que se ha formado un buen Consejo de Administración, con personas muy serias que se merecen todos mis respetos como gente del mundo empresarial mallorquín. Quería colaborar con mi pequeña aportación y dentro de las posibilidades de mi empresa.

- ¿Cuándo mantuvo el primer contacto con el Real Mallorca? ¿Cuándo tuvo constancia de que existía la posibilidad de aterrizar en el Consejo de Administración mallorquinista?

- Mi primer contacto fue cuando el señor Cursach anunció que ponía en venta sus acciones, tuvimos el primer acercamiento (mes de marzo). Lógicamente no podíamos adquirir los seis millones de euros del paquete total. Cuando hace unos días decidió vender al resto del Consejo, me puse en contacto con el presidente del club (Mateu Alemany) y le comunique la posibilidad de contribuir con 600.000 euros.

- ¿Los contactos siempre han sido directos, nunca a través de otros componentes del Consejo de Administración rojillo?

- Siempre con el señor Cursach y con el club. Nunca he tratado con otros miembros del Consejo de Administración. Después de la primera toma de contacto hablamos con el señor Ramón Rosselló (director regional de Bancaja) por el tema de la financiación.

- Desde hace diez días tiene clara y decidida su entrada en el Real Mallorca.

- Exacto, hace diez días lo decidimos. Ya antes lo había anunciado sobre febrero o marzo, pero fue imposible por nuestras posibilidades. En el momento que aparecieron más personas, los mismos miembros del consejo de administración, que querían participar, entonces fue cuando entramos.

- Su aportación es de 600.000 euros, un 4'08 por cien del total. Tengo entendido que tuvieron que frenarle para no comprar más.

- (Risas). No. Si mis posibilidades fueran más grandes, no me disgustaría. Creo que se puede hacer una buena campaña y mientras el equipo se mantenga en Primera y se pueda hacer un buen papel, puede ser una buena inversión empresarial.

- Dicen que el fútbol es un bolsillo por el que perder dinero.

- Creo que sí, pero tal vez con una buena gestión y una mayor gestión de recursos puede ser un buen negocio.

- Entiendo de sus palabras que espera sacar beneficios de esta aportación.

- No, no. Sí puedo decir públicamente que si algún día obtengo beneficios de mi inversión futbolística los destinaré bien al fútbol o cualquier otro deporte. No quiero que mi empresa saque beneficios de este negocio, sí quiero que si esto ocurre revierta en el mundo deportivo o social. En una palabra, que retorne a la sociedad mallorquina.

- ¿Conoce al resto de los miembros del consejo de administración?

- Conozco a la mayoría.

- ¿Ha tenido tratos personales con alguno de ellos?

- Con algunos, sobre todo con Vicenç Grande.

- Trabaja en su mismo gremio.

- Me ha enseñado él. Empecé con él. Si sé algo del mundo de la construcción y de la promoción me lo ha enseñado él. Fui empleado suyo. Tenemos vidas paralelas, pero nos une una buena amistad. Este negocio -del Real Mallorca- lo llevamos por separado.

- Se puede pensar que Vicenç Grande le ha animado a entrar en el Mallorca.

- No. Aunque él no estuviera, yo hubiera entrado. Es un motivo más. Mi empresa sólo tiene tres años de existencia y no tenía la antigüedad ni el dinero para poder invertir según qué cantidades en un club de estas características.

- ¿Le han enseñado los papeles, los números, para tener conocimiento de la situación económica?

- La conozco un poco.

- ¿Solicitará más información?

- Lógicamente supongo que el presidente informa periódicamente como sucede en cualquier otra empresa. No actúa a su libre albedrío, sino que da cuentas y son responsables todos los integrantes del Consejo de Administración. Si nos equivocamos, nos equivocamos todos, y al revés.

- ¿Esta iniciativa es sólo cosa suya, sin que intervengan otros constructores con usted?

- Voy de forma independiente, sin Pedro Siles ni Llabrés Feliu como se ha dicho, ni de la mano de la Asociación de Constructores. Lo hacemos nosotros, a título particular, el Grupo Garbal.

- Los constructores y promotores inmobiliarios ganan fuerza en este Consejo de Administración, más que los hoteleros.

- Intentamos ayudar en lo que podemos. Con los hoteleros se pensó en un primer momento. Supongo que han hecho lo que han podido, aunque no pasan por su mejor momento. Nosotros tampoco, pero hemos hecho lo que hemos podido.

- ¿Cómo piensa que debe ser el Real Mallorca ahora que entra?

- Debido a nuestra situación económica, no somos un club potente. Hay que buscar el máximo rendimiento de los fichajes, lograr los mejores jugadores al menor coste y establecer un sistema en el que el futbolista se sienta involucrado con el club. Esto quiere decir que una parte importante de su ficha estuviera sujeto a unas retribuciones variables, como tienen muchos directivos de empresas, en función de lograr unos objetivos.

- ¿Cómo quiere que le vean los aficionados?

- Como un joven que se ha jugado casi todo lo que tiene en este equipo. La empresa tiene sólo tres años de antigüedad y prácticamente lo que he ganado, incluso lo que pueda llegar a ganar, lo he invertido en el Real Mallorca.