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Gente en la sombra

Xim Escanellas: "La Andes Infernal es una locura, pero no hay nada imposible"

"Tengo en mente correr la Red Fox Elbrus Race en septiembre, es una prueba con mayor altitud" - "También iré al Maratón de Nueva York, pero a pasármelo bien y a disfrutar"

Xim Escanellas posa delante del panel del circuito Aonikenk de ´La ruta del fin del mundo´, en la región de Magallanes de la Patagonia chilena.

Joaquín 'Xim' Escanellas es un joven palmesano de 23 años que se ha convertido en el atleta más joven y el primer español que logra finalizar la Ultratrail Andes Infernal. Prueba con 5.424 metros de altitud y muchos desniveles que hace que sea una cita complicada y muy exigente.

-¿Qué se le pasó por la cabeza cuando decidió realizar la Ultratrail Andes Infernal?

-Que era una locura [comenta entre risas]. Descubrí esta prueba en un centro Médico de Chile y me decían que era difícil hacerla, sobre todo porque me enteré cuando quedaba poco para su realización. También me comentaron que era difícil de finalizarla; de hecho, en 2013 la terminó el 43% de los inscritos. Me apunté porque creo que no hay nada imposible.

-¿Cómo se preparó para llegar a la carrera en buenas condiciones?

-Estuve tres meses preparándome. Realicé mucho trabajo en el gimnasio ya que tenía que acostumbrarme a los grandes desniveles. Después realicé entrenamientos en montaña y use cámaras hipóxicas (permiten una simulación de altitud). Además, 8 días antes estuve viviendo en altitud para aclimatarme a las condiciones.

-¿Introdujo algún cambio en su dieta habitual?

-Estoy estudiando Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y por ello siempre intento mantener una misma dieta. Pero durante la preparación tuve que aumentar las calorías que consumí, ya que realizaba entrenamientos de seis horas y necesitaba recuperar la energía perdida. Y durante algunos días me dediqué a beber mucho, entre cuatro y cinco litros de agua al día.

-¿Volvería a repetir la experiencia?

-Sí. Totalmente. De hecho ya tengo en mente la Red Fox Elbrus Race, que se celebra en septiembre. Se trata de una prueba con mayor altitud que la de los Andes; son 5.642 metros. Es la montaña más alta de Europa (situada en el Cáucaso)

-¿Antes de esta prueba había participado en otras?

-Sí, en otras pruebas sí, pero nunca en una 'Ultratrail' (carreras con más de 50 kilómetros) ni en una 'Skyrunner' (pruebas con altitud y dificultad técnica). La locura de la Ultratrail Andes Infernal estaba en que es una mezcla de las dos modalidades. Creo que por eso la llaman Infernal.

-Entre sus próximos retos está participar en el Maratón de Nueva York

-Sí, pero me lo tomo como una prueba lúdica, a la que voy para pasarlo bien y disfrutar. El próximo objetivo real que tengo en mente, y que es mi mayor reto del año, es la Red Fox Elbrus Race.

-¿Cómo se prepara la cita caucásica?

-Se trata de una carrera con desnivel y gran altitud, y además es un terreno con nieve. Para prepararme tendré que ir al Mulhacén (pico más alto de la Península Ibérica) a entrenar. También tendré que volver a usar la cámara hipóxica y realizar mucho trabajo de gimnasio. La planificación será prácticamente igual a la de la los Andes, pero con menos tiempo de entrenamiento. Se trata de una carrera con más altitud, pero con menos kilómetros.

-¿Aparte de la Red Fox Elbrus Race y la Maratón de Nueva York tiene más citas previstas para este 2015?

-No, la de Elbrus ya es suficiente para 2015. Lo que sí que haré será participar en carreras pequeñas. Ahora me voy a Valencia. Pero mi mayor objetivo es poder acabar la prueba de la montaña más alta de Europa. Solo acabar será un logro.

-Hace dos años sufrió una lesión de gravedad y tuvo que dejar de hacer deporte. ¿Qué le ocurrió exactamente?

-Tengo las tibias varas, sufro del síndrome Genu Varo. Los problemas en mis rodillas empezaron mientras estaba becado en Roma y empecé a prepararme para la Maratón de Roma. Fue duro, ya que no podía ni caminar. Consulté a varios especialistas y las únicas soluciones que veían los médicos fueron la de no correr largas distancias y la de no hacer deportes que realicen un mismo movimiento todo el rato, como la natación o correr. Este problema me tuvo mucho tiempo alejado del deporte, pero como nadie tiene la verdad absoluta decidí mantenerme lo más fuerte posible y aquí estoy.

-¿Cómo le afectó esta lesión en el aspecto psicológico?

-Fue un 'palo' muy duro. Fue difícil ver cómo me decían que tenía que dejar de dedicarme a lo que es mi trabajo y mi afición. Psicológicamente, es un golpe duro. Durante el tiempo en el que no podía correr me dediqué al remo, ya que para mí el deporte debe ser parte de la vida de las personas. Somos seres activos que estamos hechos para movernos y por ello no comparto una vida sedentaria.

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