Entrevista

Carles Sans: «Hacer reír no es fácil y lo que logramos en Tricicle sin palabras tuvo mucho mérito»

«Dejaría mudos a muchos pretenciosos y mentirosos que andan sueltos por ahí»

Carles Sans en un momento de la actuación

Carles Sans en un momento de la actuación / DM

Raquel Galán

Raquel Galán

El humorista Carles Sans, el "guapo" de la famosa compañía catalana Tricicle, lleva tres años triunfando sin sus compañeros con el espectáculo 'Por fin solo', que llega al Auditorium de Palma este viernes, sábado y domingo

Por fin se ha librado de sus compañeros de Tricicle.

Creo que ellos se han librado de mí. Cuando Tricicle decidió retirarse tras más de 40 años, me pregunté si yo realmente quería dejarlo o continuar en este oficio que tanto me apasiona. Pensé que estaría muy bien hacer un proyecto en solitario y así surgió la aventura de Por fin solo.

Que no esperen un monólogo, le advierte al público.

Interpreto muchos personajes con los que cuento numerosas anécdotas, sobre todo de Tricicle y los momentos vividos a lo largo de más de cuatro décadas juntos. En cierto modo es un homenaje al grupo y el público triciclero lo aprecia mucho, pero hay gente joven que no lo conocía y viene a verme y se lo pasa igualmente bien. Todo está basado en hechos reales que nos han ocurrido. Hay anécdotas muy locas y divertidas y algunos espectadores no se las creen, pese a que todo es verdad, por muy inverosímil que parezca a más de uno.

Provoca una media de cinco risas por minuto, según calcula. ¿Dónde sube y dónde baja?

Es un no parar, todo el tiempo. Esto lo calculamos porque me sorprendió realmente ver que el público se reía tanto. En Tricicle también nos gustaba acabar un gag y enseguida enlazar con otro para que el público no pudiese pararse de reír.

¿Qué es lo mejor de estar solo sobre las tablas?

Al principio fue un riesgo, ya que cuando vienes de un éxito permanente con una compañía como Tricicle, mucha gente veía mi propuesta con cierto recelo porque, con razón, decía «a ver qué hará este que pueda superar lo otro». Ahora que llevo tres años de éxito maravilloso, lo mejor es pensar que he conseguido lo que me propuse. No me imaginé que sería capaz de hacer reír tanto yo solo durante una hora y media en el escenario. Es una satisfacción enorme. Estoy muy feliz.

¿Y lo peor?

La hora anterior al inicio de la función porque ahora estoy solo en el camerino. Con Tricicle lo compartíamos y ahí teníamos nuestras charletas antes de subir al escenario. Los echo de menos en esos momentos previos, pero luego empieza el espectáculo y todo sale rodado.

Carles Sans en 'Por fin solo'

Carles Sans en 'Por fin solo' / DM

Tiene a Corbacho de director.

Él me ayudó cuando empecé a montar el espectáculo. Somos amigos desde hace muchos años y le conté las ideas que tenía en mi cabeza. Necesitaba a alguien que lo mirase con perspectiva, desde fuera, y me dio consejos muy útiles para el show.

El cambio más radical ha sido hablar. ¿Es más difícil que actuar sin palabras?

La palabra es la materia prima fundamental del teatro. Creo que lo realmente complicado fue lo que hicimos con Tricicle, sacar de cero, de la nada, un espectáculo sin texto durante tantos años y que el público se riese. Era muy, muy difícil y tuvo mucho mérito. Hay que partir de la base de que hacer reír no es fácil en ningún caso, ya que los espectadores de este tipo de espectáculos son muy exigentes y debes hacerlo muy bien para que al final salgan satisfechos.

¿Ha tenido que entrenar la voz tras tantos años callado?

Precisamente la voz es una de las cosas que de vez en cuando me da algunos problemas. Yo que no tuve que preocuparme de ella durante los años con Tricicle, sino del cuerpo, ahora resulta que es mi herramienta principal y en ocasiones se me cansa, por lo que tengo que hacer ejercicios para conservarla bien. Es una nueva dificultad en la que nunca había pensado antes.

¿A quién dejaría mudo?

Hay muchos pretenciosos y mentirosos sueltos por ahí, así que no estaría nada mal que se quedasen sin voz.

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