Antonio Turiel, en Palma: «El cobre toca techo y esto va a limitar las energías renovables; la única receta viable es decrecer»

El investigador y científico en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC y experto en recursos energéticos llenó este lunes hasta los topes la librería Lluna de Palma con la presentación de tres de sus libros. Este martes visitará el Teatre de Artà junto a Antonio Aretxabala, Margalida Ramis (GOB) y la regidora de Medio Ambiente Aina Comas

Turiel, flanqueado porMerlo y Aretxabala, enla librería Lluna.

Turiel, flanqueado porMerlo y Aretxabala, enla librería Lluna. / M. Elena Vallés

M. Elena Vallés

M. Elena Vallés

«Hay que desmontar algunas paparruchas que circulan en materia de transición energética», arranca directo el doctor en Física Teórica Antonio Turiel, centrado en los últimos tiempos en explicar los límites de la energía ante el colapso. El investigador del CSIC congregó ayer a un centenar de personas en la librería Lluna de Palma, donde no cabía ni un alfiler, durante la presentación de tres de sus libros: Petrocalipsis, Sin energía y El otoño de la civilización. Le presentaron Antonio Aretxabala y Aingeru Merlo de Euskal Etxea.

«Estamos llegando al final de la era de los combustibles fósiles. Por eso de repente los grandes actores económicos, como Repsol, se interesan por el cambio climático. La materia que se usa para hacer estos combustibles decae por motivos geológicos. La falta de petróleo está causando muchos problemas. En 2005 tocó su máximo de extracción con 70 millones de barriles diarios. Ahora estamos en 60 al día e irá cayendo», advierte. «Luego están los petróleos no convencionales como los líquidos del gas natural, que sólo sirven para hacer plásticos; los biocombustibles, que no salen a cuenta porque se necesita la misma energía para producirlos que la que proporcionan; los petróleos extrapesados, que necesitan agua y gas y también están al máximo, y el fracking, del cual EE UU ha sacado mucha rentabilidad pero contamina los acuíferos y también se agota», señala. El carbón también está tocando máximos y el uranio está cayendo en picado por su geología. «Desde 2016 ha caído un 24% y en los próximos años está previsto que baje un 50%», vaticina. «Las renovables se añaden al mix, porque se implantan con la filosofía de seguir sumando y creciendo», lamenta Turiel, que ve inevitable el decrecimiento. «Ya está pasando. Las pruebas son la precarización en los trabajos y la vida, la inflación y los recortes que vendrán», considera. «En definitiva, el rendimiento energético cae y este hecho nos conduce a la inviabilidad del edificio social», sentencia.

¿Qué pasa con las energías renovables? «No hay discusión en que hay que apostar por ellas, pero sucede algo: no hay la cantidad suficiente de los elementos que se precisan para hacer todas las placas que se necesitan. Por ejemplo, el cobre toca techo. No hay reservas suficientes para que todo el planeta hiciera la transición. Además las placas se han de reciclar después. Y se necesitan fósiles para construir estas instalaciones. La pregunta es si construirlas podrían llegar a restarnos energía en algún momento. Por eso hay quien ya se refiere al hablar de renovables como extensiones de los combustibles fósiles», cuenta.

Turiel dedicó duras palabras al hidrógeno verde, «ineficiente porque necesita mucha energía en los procesos de transformación, pero lo peor es que es un vector de colonización energética. Es decir, se pretende que se fabrique en determinados países que acabarán empobreciéndose aún más para exportarlo a los más ricos. Es una vergüenza», concluye.